Lauren POVAquel martes por la tarde, cuando mi madre llegó a casa para hacer sus tareas semanales le pedí que me acompañara al centro. Le expliqué que me gustaría hacerle un regalo a Camila y que necesitaba de su ayuda, porque poco entendía yo de regalos. Mi madre no tardó en sonreírme pícaramente, consiguiendo hacerme rodar los ojos con diversión. Nunca cambiaría.
Estuvo encantada de salir de compras conmigo y, a pesar de que no le dije nada de la situación en la que me encontraba con Camila, mi madre supo que ocurría algo. No obstante, yo no le comenté nada, me limité a decirle que quería agradecerle a ella todo lo que estaba haciendo por mí con el tema de la rehabilitación, y en parte era cierto. La otra parte sólo quería hacerle un regalo a Camila porque sí, porque quería hacerlo.
Nos encontrábamos en el centro de la ciudad y yo iba escuchando atentamente las propuestas de mi madre para el regalo, pues desgraciadamente no tenía nada pensado, cuando de repente lo vi a lo lejos. Tuve que parpadear varias veces para asegurarme de que era real, y durante un segundo me dio un vuelco el estómago. A unos cuantos metros de nosotras se encontraba Shawn, mi ex mejor amigo, acompañado de una chica de cabello castaño y de piel pálida. Parecían muy entretenidos con la conversación que estaban manteniendo, pues el que había sido mi amigo no se percató de mi presencia hasta que estuvo a un metro de nosotras. Primero miró a mi madre y después sus ojos se posaron en mí con sorpresa. La chica que lo acompañaba se calló de repente al darse cuenta de la mirada que Shawn me dedicaba, y comencé a inquietarme cuando ella también me miró.
–Hola, Lauren. Buenas tardes, señora Jauregui –nos saludó él con una sonrisa algo forzada.
–Hola –musité en voz baja.
Mi madre, en cambio, se alegró a más no poder de volver a verle.
–Hola, Shawn, ¿cómo estás?
–Bien, gracias.
– ¿Y tus padres? Hace mucho que no hablo con ellos.
–Están bien, ajetreados con el trabajo, pero bien.
–Me alegro mucho, Shawn. Lauren –me llamó, y después colocó su mano en mi hombro. –Voy a entrar en aquella tienda de muebles, que quiero ver unas cuantas cómodas, ¿de acuerdo? No tardaré.
Quise decirle que la acompañaría para así no tener que pasar más momentos incómodos con él, pero no me dejó ni abrir la boca, porque cuando iba a hacerlo, ya se había despedido de la chica y de mi antiguo amigo y había cruzado la calle para "ir a ver unas cuantas cómodas."
Tragué saliva cuando me quedé sola, y después carraspeé, cohibida.
–Bueno… ¿cómo te va todo? –rompió Shawn el tenso silencio.
–No me quejo. ¿Y a ti?
–Muy bien, la verdad –entrelazó su mano con la de la chica que iba a su lado, consiguiendo que ésta se sonrojara y me dedicara una sonrisa tímida. –Ella es Sara, mi novia. Sara, ella es Lauren, una vieja amiga.
–Me alegro de conocerte –me dijo ella en voz baja, y yo le sonreí y me limité a mover mi cabeza.
–Lo mismo digo.
Otro silencio incómodo volvió a envolvernos hasta que me decidí a hablar de nuevo.
–Intenté ponerme en contacto contigo –le expliqué a él, quien me miró sorprendido.
– ¿De verdad?
–Sí. La semana pasada estuve a punto de enviarte un correo electrónico pero… no sabía qué decirte –sí que lo sabía, lo que no sabía era cómo hacerlo.
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So she dance (Adaptacion Camren)
De TodoPorque verla bailar era su salvación. Lauren Jauregui, quien sufrió un accidente y desde entonces esta postrada en silla de ruedas. Camila Cabello, su vecina quien baila todas las tardes y hace que la vida de Lauren tenga algún sentido... Dos person...