Madara: Amantes.

8.4K 368 174
                                    

-Tobirama por favor... Solo.... Solo piénsalo por un minuto. - rogaba que el me hiciera caso, caminaba detrás de él mientras que el peliblanco solo negaba. No entendía por qué quería seguir así, jugando al matrimonio perfecto mientras que ambos sabíamos que era un completo infierno. -Tobirama, solo quiero el divorcio, por favor, si en verdad tú me amas....

-¿Si en verdad te amo? - volteo interrumpiendome mientras sonreía y negaba -No te confundas Naoko, tu y yo nos casamos por obligación, nuestros padres nos obligaron para que nuestras fortunas crecieran, es por eso que acepte esto no por que te amara. Si tú me amas....

-Sabes perfectamente que no, si eso fuera no te pidiera el divorcio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Sabes perfectamente que no, si eso fuera no te pidiera el divorcio.

-Pues entonces lo único que queda es aguantarse el uno al otro, olvídate de esa absurda idea del divorcio, no voy a perder mi fortuna por una cosa tan ridícula como es el no tener amor. - camino despacio hasta nuestro dormitorio, tomo su maletín y sus gafas dándome una mirada de molestia retenida. Suspire, esta vida me tenía harta, vivir con el era un asco y sus viajes eran mi único suspiro de libertad y felicidad. -Saldre un par de días, iré hasta Tokio para ver el funcionamiento de las empresas de tu padre, mi hermano me acompañará.

-¿Y por qué irá el y no yo? Soy la hija y heredera, el solo...

-El es hombre, entenderá mejor que tú todo, si tú vas lo único que lograrás es complicarlo todo con tus dudas. Además soy quien está a cargo de ti y de todo lo que te rodea- simplemente apreté mi boca sin decir nada, su maldito machismo era un causante enorme de que no lo aguantará ni un momento cerca de mi. El sonrió y salió de ahi, me senté en la gran cama donde ambos dormíamos.

Llevabamos más de 4 años casados, nuestras fortunas se habían ido por los cielos pero nuestra simpatía se fue por el drenaje, odiaba estar cerca de el, odiaba cuando me besaba, me asqueaba tener intimidad con el, fingir todo para que el durmiera con una sonrisa tan gloriosa en su rostro mientras que yo solo imaginaba que jamás lo volveríamos a repetir. Estaba tan mal hasta que el aparecio, el primer hombre que hizo que mis piernas temblaran y mi corazón palpitara, el único que me ha llegado amar por lo que soy y no por cuánto era mi herencia.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Konoha lemon 2°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora