A la mañana siguiente, alrededor de las 9 de la mañana, fueron a despedirse de su anfitrión tanto Wei Ying como Lan Zhan, sin embargo, no lo encontraron en los lugares habituales. Al desconocer su paradero, se dirigieron al embarcadero para abordar un bote, pero grande fue su sorpresa cuando vieron allí parado a Jiang Cheng, listo para un viaje y esperándolos.
Apenas los divisó exclamó furioso —¡Desde temprano estoy aquí esperándolos, qué falta de cortesía!
Lan WangJi miro de reojo a Wei WuXian antes de declarar —Su culpa.
Wei WuXian en un principio sonrió como siempre, sin embargo, su mirada se mostró desconcertada al observar el atuendo de Jiang Cheng, no tardó en preguntar —¿Qué... pretendes?
Jamás dejaría de maravillarse por los cambios ocurridos en el último año, incluidos los ocurridos en su propio hermano. Jiang Cheng miró hacia el rio, dándoles la espalda deliberadamente. En vez de llevar las túnicas generalmente ostentosas de un líder de secta, vestía unas más adecuadas para luchar, similares a las que usaba con frecuencia en su adolescencia e incluso su postura rígida ya no reflejaba aquella actitud agría cultivada de su experiencia. Cualquiera que lo viese no podría estimar su edad real y apenás le darían más de 20 años.
—Iré con ustedes, me da curiosidad esta cosa que perturba a tantas sectas. — Declaró Jiang Cheng sin mirarlos, rápidamente abordó la barcaza sin permitir una queja, Wei Ying suspiró brevemente antes de volver a sonreír con ligereza e inmediatamente lo siguieron.
La barcaza avanzó por el rio rápidamente, aunque pasaron varias horas hasta que llegaron al muelle de Caiyi. Allí desembarcaron y se dirigieron a las afueras de la ciudad, avanzando a paso sostenido hasta los límites de una de las sectas que pidieron ayuda. Durante todo el viaje no habían intercambiado palabras, concentrados en percibir todo a su alrededor.
El día comenzaba a dar lugar al crepúsculo cuando se detuvieron para descansar y beber agua. El bosque en el que se encontraban era bastante frondoso, aunque estaba extrañamente silencioso, sin el ruido de ninguna ave y acompañado de cierto olor desagradable como podredumbre de cadáver. Wei WuXian le alcanzó distraídamente agua a Lan WangJi, mirando alrededor preocupado a donde Jiang Cheng se había sentado, alejado de ambos. Tan intensa fue su mirada que el otro finalmente se mostró irritado, dirigiéndose a Wei WuXian —¿Qué?
Wei WuXian sostuvo su mirada un instante más antes de girarse diciendo —¿No lo perciben? No se oye ni un sonido, incluso el viento parece ajeno a este bosque. Sin embargo, no percibo energía maligna, más bien... incluso ese olor...
Lan WangJi sin necesidad de acotar nada, solo hizo un gesto afirmativo con su cabeza mientras Jiang Cheng se paraba y se colocaba junto a ellos, prestando atención a su entorno.
—Estamos cerca, avancemos con cuidado. Hay que conservar un poco de distancia, pero sin perdernos de vista— señaló Wei WuXian.
Así lo hicieron, separándose entre la fila de árboles avanzaron observando todo, usando los troncos de los árboles para cubrirse. Caminaron un tiempo por el silencioso bosque y, entonces, unos cientos de metros más allá, llegaron a un sector donde se formaba un camino de hierba quemada y marchita, apenas una senda en la que cabían dos hombres caminando a la par. Aquí el olor era un poco más fuerte y provenía de dicha senda, Lan WangJi se arrodilló a observar primero ya que ésta estaba en su camino, mientras los otros dos se aproximaron a observar.
Wei WuXian se arrodilló junto a él y observó la hierba quemada, luego de algunos minutos habló —Parece putrílago. Es muy peligroso, debemos quemar todo.
Lan WangJi negó con la cabeza y Jiang Cheng afirmó apresuradamente con preocupación —Tal vez debimos traer más gente con nosotros. Observen la senda, viene de varios kilómetros, desde la zona de la secta Wu, de hecho, justamente uno de los líderes que nos visitó ayer pertenece allí. La senda parece dirigirse a YueYang.
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Restaurando Lazos
Fanfiction[ En el momento más crítico, Wei Ying no permitiría que nada le pase a Jin Ling... Y, de alguna manera, gracias a un momento de descuido, nuevamente comienzan a encajar las piezas del viejo rompecabezas que hace tantos años se perdió. ]