cap 1 La piscina vacía

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Dormida en vida me la pasé, sin sonreír a lo bueno, a lo sencillo o a mi misma en el espejo, más bien contaba mis lágrimas al punto de estar en una piscina vacía y diciéndome "con todo lo que he llorado la llenaría" justo cuando lo decía estaba bañada en lágrimas nuevamente, quizás por no conocer la libertad de aceptarme cual soy. Si, era la piscina del edificio donde esa vez vivía, y digo esa vez porque las mudanzas fueron tantas que logre conocer más espacios donde vivir que talentos dentro de mí. Era una residencia con dos torres, y una de ellas tenía la piscina al lado de un salón de fiesta descubierto por sus paredes y el techo era justamente la primera planta de los apartamentos, se podía ver el lobby del edificio y parte del estacionamiento, y casi todos los apartamentos de la primera torre podían ver la piscina, muchas veces sentí miedo estando llena, por estar tan expuesta a tantas miradas cuando lo pienso es sólo la idea que tenia en mi cabeza, pero ese día sentada frente a ella en una banqueta de cemento parte de la decoración del área, estaba sin agua y lograba detallar lo mal pintada que estaba y justamente donde se empezaba a poner más profunda con una curva bien marcada, y empecé con mis lagrimas a llenar primero lo más hondo, cuando seguí recordando aun más veces que sufrí y lloré, logre llenarla hasta empezar gota por gota a llegar al área más bajita, hasta que empecé a buscar más lagrimas porque las de dolor ya las había agotado, y empezaron las de rabia, y logre emparejar ambos lados de la piscina y cuando recordé todas las veces que había llorado por injusticias, fue ahí cuando se terminó de llenar aquella piscina que tenia en frente de mi. Hoy entendí que fue buena terapia, pero también comprendo que me faltó agregar a aquella piscina las lágrimas que había llorado por felicidad, hubiesen sido las que regara el agua hasta afuera de la piscinas que son las mismas que cuando están llenas de gente y niños ocurre, que mientras más agua hay afuera de las piscinas más rico la pasaron los que estaban dentro de ellas saliendo y volviendo a entrar pero ya de maneras bien creativas, con saltos, con bailes con piruetas con gritos y alegrías, y justamente hoy las agregaría. Por no haberme dado cuenta ese día me perdí la oportunidad de agradecer por tantas lágrimas y por llorar de alegría, por tantos otros momentos llenos de satisfacción y de triunfos que no logramos ver ni mucho menos darle méritos en nuestra vida. También si hubiese entendido que al estar llena de agua o de mis lagrimas le daría más uso a ese hueco pintado de color, y de regalarles momentos de dichas en familia y diversión porque la realidad es que vacía sólo sirve para dar lastima y muchas otras veces para nada.

Quizás hoy te encuentres en la misma página, llorando, secándote y volviendo a llorar, volviendo a vivir las experiencias en tu mente para que alimente aún más tu tristeza y tus quejas, que tal si cambias la perspectiva de tu llanto, y empiezas a llorar de felicidad por ni siquiera entenderlo ahora pero con la certeza que conseguirás la respuesta, y te secas las lágrimas y empiezas a dar gracias por sentirte con vida, por despertar lo que dentro de ti aún sigue dormido y que juntos vamos a despertar y lo mejor aún si consideras que ya puedes llenar una piscina con todo lo que has llorado entonces... gracias a esas gotas llenarás esos huecos vacíos que hay en tanta gente y le darás sentido real a esos espacios sin uso y construirás las mejores escenas para que otros bailen , griten de alegría, hagan piruetas y se disfruten la vida.

Cada lágrima cuenta, cada una llega con un propósito de limpiarte por dentro, desahogar tanto acumulado, dar más brillo a tus ojos y ayudar a otros. Tienes el tamaño de tu piscina y la cantidad de gotas para llenarla entonces que se sobre llene de gotas de alegrías, así tengas que completarlas con las que mas duelen.

Riczabeth y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora