•El Valiente

384 50 32
                                    

— ¿Nadie va a hablar?

El albino y el castaño no pronunciaron palabra, no tenían nada que decir, ambos estaban bastante afectados por la situación.

— ¿Qué quieres que digamos? No sabemos nada de eso — Contestó por fin Willy.

— Somos hermanos, hermanos oscuros, si uno de nosotros es el asesino no nos molestaremos, pero sugiero que nos detengamos ya o nos descubrirán — Dijo Fargan serio.

— Tranquilízate, la puta policía no sabrá nada de nosotros, además tú puedes ocultar evidencia si sale algo de nuestra hermandad — Rubius se encogió de hombros quitándole importancia.

— Alexby está como loco, asesinaron al maldito compañero de piso de Auron — Fargan tomo de sus cabellos y los jalo en un acto de desesperación — Díganme la verdad... ustedes no son el asesino ¿Verdad?

La sala se inundó en un silencio total, Willy miraba a Rubius y viceversa, Fargan los miraba a ambos.

— Yo no lo soy — Aseguró Willy. Fargan clavó su vista en Rubén.

— Que yo no he sido, tío — Espetó el castaño.

— De los tres tu eres el que más probabilidades tienes de ser ilegal — Se excuso Fargan.

— Ilegalísimo — Secundo el albino.

— Alexby me dijo que te notaste tranquilo al ver el cuerpo sin vida de Brad, no te importo ver a un cadáver y eso levantó sospechas — Acusó el chico con antifaz de Búho.

— No dije nada al ver el cadáver porque ya he visto demasiados — Willy y Fargan alzaron una ceja dudando — ¿Ya no se acuerdan cuando matamos a todos los Rapitori y nos quedamos con este pedazo de guarida? He asesinado mucha gente por la hermandad, es normal que no me sienta afectado al ver un cadáver.

— Tiene sentido — Dijo Willy pensando.

— Debes de tener cuidado con Alex, va tras de ti — Advirtió por última vez.

|...|

El líquido pasó por su garganta quemándole, sintió incomodidad en su estómago, pero sentía más el corazón roto.

Horas atrás se le había declarado a Sarah, la chica más linda del pueblo, sabía que no le correspondería los sentimientos, pues era un anormal.

Malcom había nacido con Heterocromía, una afección en donde los ojos tenían un color distinto, en el caso del chico tenía un ojo azul y otro marrón.

Eso lo convertía en un monstruo, o al menos eso creía él, Sarah lo rechazó por ser poco agraciado, le dijo que le incomodaba ver un color distinto en cada iris, lo lastimo y ahora el ahogaba las penas en un vaso de vino.

Antes de ir al pueblo, Malcom, paso por la casa de Luzu y compró un poco de su vinito barato, ahora se sentó en una de las orillas del pueblo y esperaría hasta que se sintiera mejor.

— ¿Me puedo sentar?

Malcom dio un brinco del susto al escuchar esa voz tan de repente, miro hacia el chico que lo miraba con una sonrisa y asintió sin muchas ganas, pues quería estar solo.

— Te vi hablando con Sarah en la tarde, lo siento tío, debió de dolerte mucho.

— Ese no es tu asunto — Espeto Malcom a la defensiva.

— Si te hace sentir mejor... a mi si me gustan tus ojos — Sonrió el chico misterioso, mientras por dentro quería clavarle su cuchillo en el ojo marrón y conservar el azul. — Fue muy valiente de tu parte declarar tus sentimientos hacia esa chica, no todos tienen los huevos para hacerlo.

El Asesino De La Lotería | KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora