Baam y la comida chatarra

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Un dato que tal vez no sabías de Veinticinco Baam, es que él es amante de la comida chatarra desde su recompensa de comida de la prueba del piso 28.

Desde ahí, Baam se ha vuelto un fanático de la comida chatarra, a pesar de ser un gran cocinero.

Baam y la comida chatarra.

Baam notó que sus reservas de comida chatarra instantánea estaban escaseando. Notificó a Khun acerca de su problema, y este se negó a ayudarle con ellos pues aunque no le importaba veía positivo que Baam dejara de comer tanto de ese alimento.

Alarmado, buscó ayuda en Androssi.

Salió de la habitación donde se hospedaban en ese piso, dejando extrañado a Rak y Khun, con quienes solía compartir habitación cuando podía.

Androssi siempre se hospedaba en un lugar cercano a donde ellos dormían, sola con la excusa de que no podía dormir cómodamente con otras personas que la interrumpieran.

Sin embargo, ese día no había contado con esa fortuna y estaba unos pisos más arriba que ellos. Baam embelesado por su ansia no dudó en correr velozmente hacia los siguientes pisos.

Finalmente, se encontró en frente de su habitación. Tocó la puerta gentilmente.

Nadie respondió. Baam insistió.

Baam la llamó por el bolsillo, pero seguía sin responder.

— ¡No, se me acaban las ayudas! ¿Quién más podría ayudarme? — se dijo para sí, y su mente se iluminó por unos segundos. Seguramente Bero Bero lo ayudaría. Procedió a llamarla por el bolsillo, pues no sabía dónde estaba ubicada.

— ¡¿Solo porque estoy gorda me buscas para eso?! ¡Solo me gusta comer, tú gordofobo! — le gritó.

— ¡No era mi intención, lo siento Bero Be...— pero ella ya había colgado, dejándolo apenado y arrepentido.

Pero se paró a pensar un momento. Él era rico, básicamente, gracias a fug. ¿Para qué buscar a alguien que lo ayudara si él podía comprarse comida a sí mismo?

La duda era, ¿habría algún lugar de comidas rápidas cerca de ahí?

Debería averiguarlo solo.

Empezó a correr de nuevo hacia el ascensor, donde se encontró con un par de personas que lo miraron feo. Él retomó compostura irguiendo su espalda y mirando hacia el frente, afanado porque el elevador apurara en bajar.

Finalmente llegó al primer piso del edificio, donde al salir Baam aumentó gradualmente su velocidad hasta afuera del edificio, y de ahí para adelante la gente que caminaba por la calle solo veía a un loco corriendo por ahí con cara de ansioso.

— ¿Qué está haciendo ese hombre, mamá? — preguntó un niño por la calle. Su madre lo movió a sus espaldas para que no viera a Baam.

— Estos adictos cada vez son más comunes. No mires hijo mío, es un loco. — le susurró la mujer.

Baam ignoró las miradas increpantes y desalentadoras de los extraños en la calle. Si lo pensaba, podría ser comparado con un adicto de piedra roja (droga popular de la torre entre regulares) corriendo ansioso por la calle, aunque su ropa era claramente con mucha clase.

Dato curioso (spoiler): El maestro de Baam en fug, a día actual del manhwa es el que sigue eligiendo y mandando la ropa que él elige especialmente para Baam.

Las miradas de inculpa no lograron detener el camino claro del manipulador de ondas hacia la comida rápida.

Pero dos personas interrumpieron su camino: Goseng, acompañada de Horyang.

Tower of god oneshot's (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora