Deuda - Spin Off

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Adv: Contenido Lemon, +14 años. Inútil el aviso, lo sé, pero yo complí.

Si bien todo el problema de los magos había acabado, había aún una deuda por saldar.

Hwa Ryun intentaba no pensar demasiado en eso y dedicarse a sus labores. Baam llevaba un par de días teniendo que estar muy cerca de Androssi, lo cual realmente no le agradaba.

Pero a pesar de eso, no sentía que debía forzar a Baam a devolverle nada. Según ella, «su devoción» le impedía exigirle nada a él, debía estar siempre apoyándolo desinteresadamente.

Ese modo de pensar la había ayudado a ignorar esos momentos incómodos, raros, irreverentes, innecesarios, caprichosos, cómodos, agradables, atractivos, lindos, astutos, gozosos, sexys.

- ¡Hwa! No te dejes llevar por esos pensamientos. ¿Cómo pensarás así de alguien tan puro como él, como un dios? Eso no está bien. Contrólate, contrólate, contrólate. - pensó Hwa, mientras intentaba concentrarse en sus apuntes, de un diario que actualizaba cada día.

Más que un diario, solo era una bitácora para informar a fug de cosas relativamente importantes.

Era una chica fría y algo arrogante, nadie esperaría que ella tuviera algo parecido a un diario. Pero para una guía era importante anotar y llevar recordatorio de todo lo que descubría o veía antes de tiempo.

Pero ese día, no podía dejar de escribir acerca de Baam.

Si bien, una porción de aquel pequeño libro era dedicado a él, lo era en un sentido estrictamente profesional.

Casi todo eran análisis de la situación, resúmenes de ocasiones y la evolución del poder de Baam. Ella, como su guía, tenía la tarea encomendada de estar al tanto de él y de ayudarlo cuando lo necesitara.

Sí, sabía que cumplía muy bien su tarea.

Y a pesar de ser tan desinteresada, algo le había hecho exigirle a él algo a cambio de ayudarlo. No se le habría ocurrido eso antes de ninguna manera.

Ella se había excusado con los efectos secundarios de la toxina de obsesión a la cual la habían sometido, pero la verdad en ella había sido lo suficientemente fuerte de voluntad para que no le afectara del todo.

Era muy poco sentimental, al contrario que Androssi Zahard, por ejemplo. No sabía afirmar que amaba a alguien de verdad.

O tal vez ¿sí?

No, definitivamente no lo amaba, al menos no de una manera romántica, y al menos no por ahora. Tal vez ahora mismo sentía un amor más de devoción y aprecio propio de una fanática religiosa, aunque sabía que Baam no era un dios.

Pero al menos era «su dios».

No había llegado a la torre con esas intenciones, pero terminó obsesionándose con probablemente la única persona que quería verdaderamente. ¿Quién la juzgaría?

Algo ardía, algo ardía pero no era amor. Estaba en su pecho, pero no dejaba de ser más un instinto natural que un sentimiento de cariño.

Su corazón se calentaba cuando pensaba en él, tal y como todo su cuerpo.

Era egoísta y arrogante exigirle algo como lo que le había exigido, pero estaba decidida a que no le importaría. Debía mostrarle lo que sentía, y ella siempre se había caracterizado por ser directa.

Decidida, dejó caer el cuaderno en la mesa nocturna al lado de su cama a la vez que su máscara, abierto en una página que dictaba:

«Le mostraré por qué es mío.».

Tower of god oneshot's (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora