Tower of god oneshot's (en español)

Abuso matrimonial.

Advertencia: Este capítulo tiene una conversación bastante «Picante», así que dejaré esto por aquí: +14 (igual no hay lemon)

Baam es un hombre joven, casado con una mujer algo mayor que él. Se gana la vida en un buen trabajo de control de administración, y desde unos meses atrás se casó con su actual esposa.

Androssi, su esposa, es una chica con un apellido poderoso y de riqueza. Ella, junto con su hermana Yuri, eran bastante rebeldes en su familia, así que Androssi se negó a la voluntad del padre de que no se casaran con quien quisieran, sino con quienes le convinieran a la familia.

La última que había hecho eso, había sido severamente castigada siendo expulsada de la familia con su hija pequeña. Pero Androssi era fuerte y capaz por sí misma, así que no necesitaba a su familia.

Baam era ciertamente desinteresado en el amor, por eso fue un dolor de cabeza para Androssi conquistarlo, pero en última instancia lo logró. Pasando sobre varias mujeres que le hacían pelea,

Pero eso lo contaremos en otra ocasión.

Su matrimonio iba bien, tenían una bonita casa que con trabajo pudieron permitirse. Androssi tenía la ventaja de la familia aún, pero había conseguido un trabajo en el departamento de calidad de una empresa de peces. Le iba bastante bien, aunque le desagradara el olor a pescado.

No tenían planes de familia aún, pues eran jóvenes, pero podían pasar bonitas escenas en casa, ya sea viendo una película con ambos cómodos en cama, o saliendo a practicar deporte.

Vivían bien, con problemas menores, pero eran felices.

Sin embargo...

Algo pasaba cuando la ecuación matemática de Androssi + alcohol sucedía.

Si bien ambos tenían buen cuerpo, algo pasaba esas veces que Baam no sabía explicarse.

Casa de Khun 10:30 am

Khun era un argentino de apellido pero usaba el gentilicio de la ciudad donde vivía, esta era EvanKheaven City, una ciudad en proceso de convertirse en un lugar de bastante influencia. Todo el que quería ser exitoso debía pasar por ahí.

Fanático del fútbol, pero también era un elegante lobo solitario y coqueto. Vivía de flor en flor sin sentir dolor, pues era alguien controlador y orgulloso, pero al final era buena persona.

Esa mañana se despertó semidesnudo, con una chica semidesnuda también al lado. Ella era rubia, con un voluptuoso cuerpo, de aquellos que a Khun agradaban.

Era una de las tantas chicas que habían caído en los encantos de Khun. Él las convencía con una gran habilidad con la lengua y con su actitud.

Si bien no estaba hecho para amar el corazón, era todo un amante del cuerpo. Esta semana había estado tranquila, pues se había limitado bastante y había estado algo ocupado con su trabajo de informático.

Solo había estado con un par de chicas, y tampoco eran las mejores con las que se había topado, según él.

La mujer se movió entre las sabanas, manteniendo su sonrisa. Abrió ligeramente uno de sus ojos, para ver el rostro sonriente de Khun. Se rió traviesa y volvió a dormir.

El rostro de Khun volvió a su tono serio de siempre. Era cruel, sí, pero tampoco le importaba falsificar ligeramente su personalidad con tal de estar con chicas lindas.

Se sentó en la cama, posicionando ambos de sus pies en el suelo frío, tallando sus ojos intentando acostumbrarse a la deslumbrante luz que entraba por la ventana.