Especial de concurso - El Remordimiento de Zoi

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La vida es difícil cuando eres rechazado. El verde de las plantas es menos brillante cuando la naturaleza actúa y la termina por volver solo y nada más que las sobras del alimento de alguna bestia omnívora, cuyo único interés es sobrevivir.

Pero, definitivamente, no solo deja de ser brillante, sino también se vuelve un aspecto cruel y desagradable cuando no es la naturaleza la culpable, sino más bien aquel ser que por pura crueldad y egoísmo roba de la tierra aquel gajo lleno de ilusión, para servirse alegre el show de los grandes beneficios que le traerá haberla robado.

Y así, es como se sentía la apodada por sus no pocos encariñados «Zoi».

Su momento de reflexión se vio interrumpido por un grito amigable a sus espaldas.

—¡Zoi, ya terminó el entrenamiento! ¿Qué haces allí? —Era una querida amiga. Androssi Zahard se flexionó para llegar a ella— ¿Qué acaso no tienes hambre? Convencí a Baam de pagar la comida de nosotras hoy, deja de perder el tiempo.

—¿Cómo lo conseguiste? —sonrió Zoi. Se levantó, abandonando su infantil forma de sentarse.

—Tengo mis trucos. —guiñó. Zoi volteó los ojos divertida, y ambas tomaron camino hacia el lugar destinado para almorzar.

En el camino, Androssi comentó:

—Te he visto muy pensante últimamente, Zoi. ¿Pasa algo?

—No, Androssi, no te preocupes. Estoy bien, ¿por qué estaría mal? —remató.

—Esa es mi Zoi. Apúrate, mi panza ruge.

En cuestión de no mucho tiempo, llegaron a un restaurante de mesas circulares bajo el resguardo de la sombra de bonitas sombrillas campestres. Después de un entrenamiento, no había mejor lenitivo que la brisa fresca y una bebida fría.

Zoi se acomodó los mechones que decoraban su rostro. Su cabello negro estaba organizado de tal forma de que dos mechones largos eran adyacentes a sus orejas, mientras otros dos más cortos se acomodaban al lado de sus ojos. Era un peinado peculiar.

La culpable de su peinado, fue la prueba de Evankhell. Fue forzada a cortarlo de afanes para zafarse de un apuro. De cualquier forma, estaba satisfecha con su aspecto actual.

De cualquier manera, nunca cambió los halagos casuales que Baam dirigía a las decoraciones de animalitos que eran usuales en la cabeza de Zoi.

El nombrado no notó a las dos chicas acercándose apuradas hacia su mesa. Él sostenía en sus manos una bebida color azul, muy azucarada.

Salió del trance en el que su teléfono lo había inducido para levantarse a recibir a sus amigas. Androssi casi que se lanzó hacia él, como era usual, para abrazarlo. Baam tuvo que flexionarse un poco para poder abrazar cómodamente a Zoi.

Zoi no era muy alta, a comparación de alguien como Baam se quedaba bastante atrás, pero nunca había sido una razón de para ella. Al altura poco había sido para ella una razón de

—Ya se estaban tardando. —comentó el hombre. Él llevaba una camisa de muy buena calidad, color marrón claro. Pantalones casuales y zapatos tan lustrados como siempre debían estar.

—Disculpa, bebé, Zoi se quedó pensando sobre la vida un rato en el campo. — Sí, era usual que Androssi fuera tan cariñosa con aquellos apodos si se dirigía a Baam. Zoi nunca había escuchado a Baam decir que era novio de Androssi, aunque Androssi lo gritara a los 78 vientos de la torre. Zoi se limitaba a decir «allá ellos»

—¿Qué pasó, Zoi? ¿Algo que te preocupe? ¿Necesitas ayuda?

—Gracias por preocuparte Baam, pero no, estoy perfecta —declaró—. ¿sabes qué si me preocupa? ¡Que no hemos comido nada en todo el día!

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2021 ⏰

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Tower of god oneshot's (en español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora