El Plan

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Fernán escuchó muy atento a la historia de su hermana, le había ocurrido algo similar a él, pero la situación de su hermana se había tornado muy oscura y sería difícil que saliera de ella, no le sorprendía que se sintiese así de confusa y presionada; pero había sido valiente al tomar esa dura decisión. Cuando terminó de relatar los detalles, ella estaba al borde del llanto, por lo que Fernán se le acercó para abrazarla y tranquilizarla y evitar que se derrumbaran sus ánimos.
-Tranquila, todo va a salir bien.-
Sabía que tenía que ayudarla de alguna manera para que fuera feliz, pero no tenía claro la manera más adecuada. Alicia se separó ligeramente del abrazo de su hermano y le dijo que había pensado en un plan para evitar el compromiso con el guardia y al mismo tiempo liberar a su amado, ella ya lo había comenzado, pero iba a necesitar a alguien más para que le ayudara a que todo terminase como ella quería. Al haber aceptado la proposición del guardia, él debía liberar a su amado tras el compromiso, lo cual significaría que una vez casada no podría separarse de él hasta que la muerte los separarse. Y eso es lo que ella tenía en mente, que los separarse la muerte para luego poder reunirse con su amado; y aquí entraba Fernán, quien en su debido momento ayudaría al marido por obligación de su hermana a ir a la tumba.
Lo único que no le convencía era el porqué debía hacerlo él, ya que su hermana tendría una mayor cercanía y lo realizaría con mayor facilidad; a lo que Alicia le dijo que ella no sabía como acabar con su vida para que pareciera natural, ya que la muerte de los guardias del Conde era un asunto poco habitual en el día a día y se solían investigar al detalle hasta encontrar al culpable o tras determinar que había sido muerte natural.
En cuanto Alicia mencionó a los guardias del Conde, Fernán se acordó de los misteriosos paseos del gran señor de esas tierras, pero esa imagen se le diluyó de la mente al recordar las setas que había cuando se escondió, eran perfectas para preparar un veneno.
-Hermana, ya sé con qué tu futuro marido dejará esta vida. Prepararé un veneno, luego tú te encargas de dárselo.
Con una resplandeciente sonrisa, su hermana se le acercó y lo volvió a abrazar, pero esta vez de alivio y felicidad.
-Muchas gracias hermano. No sé qué habría hecho sin ti.
-Pasar el resto de tu vida con ese hombre, dándole descendencia como hizo nuestra madre.
-Yo...
-No hace falta que respondas, mejor volvamos dentro a descansar.
-Sí, que mañana hay que hacer muchas cosas.
Ambos se fueron a descansar, ignorando o sin pensar en los castigos que eso supondría para ellos.

El bosque NO encantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora