Capítulo 5

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Belz Beckett

Ya han pasado algunos días desde que llegamos a esta cuidad. Me he adaptado muy bien a ella, incluso mucho mejor de lo que pensaba.

He podido hacer algunos nuevos amigos que viven en este vecindario a pesar de que solo llevamos pocos días acá.

Esta semana ha sido muy agotadora por el motivo de nuestra mudanza y todo lo que implica. Y en especial hoy, debido a que el camión de la mudanza hizo su presencia, trayendo consigo la mayoría de nuestras cosas que nos hacían falta.

Es por eso que desde hace casi una hora entre mis padres, los señores de la mudanza y yo hemos estado bajando las cosas del camión y organizándolas en la casa. Algunos muebles que nos hacían faltas y algunas que otras cajas también.

Bajo las escaleras rápidamente, para ir hacia afuera. Se que aun faltan cosas por entrar y organizar, lo bueno es que ya casi terminamos.

—Cariño, estás son tus cajas. Llévalas a tú habitación. —escucho a mi madre decirme cuando me ve.

Me percato que ahora tan solo hace falta por subir mis cajas a mi habitación, ya que lo demás que por bajar del camión son tres muebles, que desde luego son muy pesados para mí. Así que en eso no puedo ayudar.

Observo las cajas que mamá me señala. De inmediato, recuerdo que en una de estas cajas se encuentra la carta color amarillo pastel que llevo todos estos días anhelando por saber que dice en realidad, pero creo que tendré que esperar otro día, ya que tengo que terminar de organizar mi habitación primero.

—Belz, ya vengo a ayudarte con tus cosas. Mientras, ve subiendo algunas cajas y organizando un poco tú habitación. —afirma mi madre ahora desde el pasillo—. Iré a ver si tú padre y los señores de la mudanza ya terminaron lo poco que hace falta.

Miro como mi madre se aleja por el inmenso pasillo hasta perderla de vista.

Esta casa es más grande que la que vivíamos anteriormente inclusive tiene una hermosa piscina y un gigantesco jardín, tal cual como mamá siempre deseo.

Espero que muy pronto pueda por fin invitar a mis amigos aquí, para poder hacer una fiesta en la piscina y disfrutar.

Me dispongo a tomar las dos cajas más pequeñas que se hallan enfrente de mi para poder subirlas primero hasta mi habitación. Al llegar, las coloco en el suelo para bajar otra vez por las escaleras en busca de las demás.
Y así hago, hasta que doy con la última caja la cuál es la más pesada y en ella se que se encuentra la carta que alguien que aún no conozco me dio. 

Finalmente, logre subir todas las cajas, así que comienzo a arreglar un poco todo el desorden y a organizar. Empezando primero por abrir una de las cajas para sacar lo que en ella se encuentra, hasta hacer lo mismo con las demás.

Sin querer, termino tropezando la caja más grande y está acaba abriéndose. Lo bueno es que en ella no hay nada que pueda romperse, pero por desgracia algunas cosas de la caja se han salido.

Entre las cosas que se salieron se encuentra la carta, al mirarla me cuestiono una vez más a mi mismo las mismas dos preguntas que me he estado haciendo todos estos días: ¿qué dice en ella? Y, ¿quién la ha escrito para mi?

Todavía observando la carta y preguntándome quién es la persona que lo escribió, logro escuchar pasos y murmullos proveniente del pasillo. Se que debe ser mi madre viniendo a ayudarme.

—¡Belz! —efectivamente se trata de mi madre. Ella entra en mi habitación—. Veo que ya te hace falta muy poco —dirige su mirada hacia la última caja— ¿Quieres que te ayude a terminar eso?

Me dirás: ¿quién eres? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora