Capítulo 25

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"Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda"

-Bob Marley.

Con solo algunas palabras volví a sentir que mi mundo se venía abajo. ¿Otra vez esto? Sabía que era posible, pero después de tanto tiempo pensamos que no nos pasaría de nuevo.

Aún recuerdo el momento en el doctor me dió la triste noticia:

—Doctor, ¿podría decirme por qué me desmaye y del por qué me he estado sintiendo muy mal últimamente? —le pregunte, algo nerviosa.

Emma, junto a los chicos se encontraban a mi lado. Las paredes blancas y las luces de aquella habitación son algo molesta para mi gusto. No solo por eso, también porque me hacen recordar los momentos más difíciles que viví en mi infancia.

—Si —el doctor revisó algunos papeles los cuales se encontraban en sus manos—. Te hicimos unos exámenes para saber que sucede realmente y lamentablemente hemos descubierto que el cáncer que tenías en tu infancia ha vuelto.

—¿El cáncer...ha vuelto? —balbuceo, sintiendo como mi alma se rompe en mil pedazos—... No, esto no puede ser cierto —respondo finalmente, aún procesando lo que me acababa de decirme. Las lágrimas en mis ojos no se hicieron esperar, una a una hicieron presencia dejando mi rostro húmedo por completo.

Esa fue una noticia que me dejó impactada y destrozada.

Emma agarró mi mano, y los chicos se acercaron más hasta donde me hallaba.

—Ya hemos avisado a sus padres, señorita Gils. Es necesario que lo mas pronto posible usted ingrese al hospital de la cuidad especializado en enfermedades de alto riesgo para iniciar el tratamiento —el doctor caminó hacia su escritorio para dejar en este los papeles que tenía entre sus manos—. En estos momentos, sus padres se encuentran en camino hasta acá. Cuando lleguen y tengamos su autorización, el tratamiento se llevará a cabo.

¿Por qué ahora?

¿Por qué en el momento en el que me siento bien conmigo misma?

¿Por qué ahora que he iniciado prácticamente a descubrir lo que es vivir?

Miles y miles de preguntas como esas me he formulado en el último mes, pero de ninguna de ellas he logrado descubrir su respectiva respuesta.

Quisiera darme por vencida. Pensé que sería fuerte como la primera vez que superé el cáncer, pero ya veo que no será así. Tengo miedo, mucho miedo de dejar este mundo a tan temprana edad, de dejar a mi familia, a mis amigos y todo lo que he construido a lo largo de mi corta vida. Es injusto, demasiado injusto para mí y para todos los que pasamos por esto.

— Hanny, pequeña. ¿Estás bien? —me pregunta mi madre, levantándose del sofá para acercarse hasta mi cama—. Por favor, no llores, pequeña. Todo saldrá bien, ya lo verás..., como la primera vez.

—No puedo, todo está perdido... Simplemente no puedo — le respondo entre mi llanto.

Me es inevitable no parar llorar, es por eso que mi madre rápidamente se acerca para abrazarme.

—Mi pequeña. Eres fuerte, lo sé muy bien. Pronto saldremos de esta dura batalla, debes de tenerlo bien en claro. Pasamos por esto ya una vez, también lo haremos una segunda.

—No lo sé, madre... No creo que sea lo suficientemente valiente esta vez — mi madre se separa un poco de mi para luego centrarse a mi lado—. Tengo miedo.

—No debes de tener miedo, porque eres una Gils. Los Gils nunca nos damos por vencidos a pesar de lo que suceda —creo que mi madre tiene razón, los Gils nunca nos damos por vencidos—. Espero que lo entiendas —le sonrío.

Me dirás: ¿quién eres? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora