Capítulo 26

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Hanny Gils

He decidido comenzar a leer una nueva historia de uno de los libros que compré la semana pasada. Desde que estoy aquí en el hospital, me he dado cuenta de lo sorpréndete que el tiempo pasa. Lo que quiero decir es que el tiempo me alcanza para hacer muchas cosas. He podido hacer los trabajos de la universidad, leer, escuchar música, tener mis quimioterapias, y muchas cosas más. No solo eso, he conocido personas en mi misma situación las cuales me han ayudado a comprender que puedo salir de esta dura batalla como lo hice en mi niñez.

El proceso ha sido largo y a veces doloroso, pero tengo en claro que esto es por mi bien y que pronto saldré de estas. Mi madre ha pedido traslado a esta ciudad para poder cuidarme, me alegro demasiado el haber tenido la oportunidad de que los gastos de estancia en este hospital son pagados por una fundación. Si no hubiera sido así, probablemente no sabría cómo estaría en este momento o como estaría la situación de mi familia.

—¿Una nueva historia? —me pregunta. Por el tono de la voz se de quien se trata, alzo mi mirada hacia esta persona. En respuesta asiento con la cabeza—. Me alegro verte hoy, bello girasol.

—Si, he comprado algunos libros y he decidido leerme este primero —respondo. Cierro el libro para poder establecer una conversación con ella—. También me alegro verla hoy, señora Mary. ¿Hoy me contará una de sus historias? Pensé que vendría mañana por ese motivo traje hoy este libro.

—Si, se suponía que tendría que venir mañana pero el médico me dió la orden de venir el día de hoy en vez de mañana —me aclara lo sucedido. Toma asiento a mi lado como es de costumbre desde que nos conocimos. Luego, uno de los enfermeros encargados de hacer la quimioterapia se hace presente—. Esto a veces suele cansarme, pero ya me acostumbré.

—Yo aún no lo hago del todo —le confieso—. Mi madre me dijó que en este hospital han colocado en el jardín algunos girasoles, ¿es eso cierto? —sé que probablemente la señora Mary sepa del asunto así que por eso le pregunto.

—Si, mi hijo fue quien le propuso al hospital hacerlo —asegura mientras sonríe con orgullo.

La he escuchado hablar de su hijo, desde que nos conocimos. Aun cuando no lo conozco, se bien que es una persona maravillosa por la forma en la que su madre se expresa de él y me cuenta como es.

—Todavía no conozco a tu hijo, pero desde ya me cae muy bien —decido dejar el libro que tenía en mis manos a un lado—. ¿Cómo tuvo la idea de colocar girasoles en el jardín de este hospital? —mi pregunta sale por si sola.

—No quiso contarme toda la historia del por qué lo hizó, pero por lo poco que me contó se que se trata por alguna chica.

¿Alguna chica? Eso es raro.
¿Por qué plantar girasoles en este hospital?

—¡wow! —expreso con total asombro.

—Si. Creo que esta chica se ha vuelto importante en su vida desde hace algunos meses. Desde que termino con su ex-novia lo veo diferente, más feliz. No digo que esa chica me cayera mal, pero nunca establecimos una conversación y varias personas me habían contado cosas sobre ella —intento decirle algo al respecto, pero la señora Mary vuelve a hablar—: ¿Sabes?, yo intente hablar con ella muchas veces, pero prefería estar junto a mi hijo o solo permanecer en su celular e ignorarme. Le confesé a mi hijo lo que pasaba, pero me dijó que su ex-novia solo tenía algo de pena al intentar establecer una conversación conmigo porque no sabía que decir o como tratarme.

—Eso es demasiado descortés, aun así, no debió haberla ignorado —agrego. Veo que la señora Mary busca algo en su bolso, supongo que se trata de alguno de sus libros de cuentos.

Me dirás: ¿quién eres? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora