El joven biólogo recién se recuperaba del carrusel de emociones de ese fin de semana; seguía algo aturdido por todo lo sucedido en tan corto lapso, pero amaneció con Jotaro sirviéndole de abrigo para esa madrugada invernal y eso sí lo podía procesar.
Quieto ante la confortable posición de ser la cuchara pequeña, sentía que uno de los antebrazos del americano se hallaba entre el colchón y su cintura. El otro brazo le pasaba por el torso, apegándolo a su pecho y permitiéndole sentir el latido de su corazón de forma casi imperceptible. Kakyoin quería percibirlo mejor, así que se movió con toda la cautela posible hasta pegarle su espalda completamente.
Estaba tan contento y satisfecho al recapitular los hechos de la noche pasada. No podía pedir más; había aclarado una duda que lo carcomía, obtuvo un compañero de piso y de vida, además del romántico besuqueo en el sofá mientras Jotaro le susurraba en el oído que era su cariñito, su vida y otros muchos epítetos exageradamente cursis que nunca creyó que oiría de esos labios.
-Cariñito...-Repitió despacito con una sonrisa que no se le borraría en mucho tiempo.
Miró hacia su puerta y recordó que hace mucho no había pasado a través de esta siendo cargado. Pero esa noche sí pasó. Jotaro, tan gustoso de presumirle sus músculos y su fuerza, lo vio somnoliento y lo levantó en vilo para llevarlo a la cama. Fue un esfuerzo un tanto vano, pues tras cambiarse a sus pijamas tuvieron que ir al baño a lavarse la boca. Igual Jotaro repitió el gesto de cargarle, lo refundió bajo las mantas y entró con él para calentarle la noche.
Era la primera noche en la cual le trataba con tanta ternura, pero no la última. Y Kakyoin estaba listo para recibir ese pequeño dulzor en su vida. Ser recostado por otras manos en su lecho y sentir al gran hombre subiéndose a él para seguir besándole como si esa noche no le alcanzase para saborearlo. Jotaro no renunciaba a tenerlo pegado a sí, estaba hambriento por contacto físico y a Kakyoin le era evidente que estaba refrenando sus impulsos para pasar a mayores. Por momento sintió cómo las manos amenazaban con sobrepasar los límites de la ropa, pero se mantenían en su lugar.
Al mayor se le hacía gracioso ese retraso autoimpuesto por Jotaro. Él sí estaba dispuesto a que pasase lo que tenía que pasar, la intimidad no le era una gran incógnita y su chico era muy atractivo, no era raro el querer abrirse de piernas ante él. Pero tal vez Jotaro estuviese nervioso por la incertidumbre de cómo hacerlo con un hombre. A Kakyoin solo le quedaba esperar a que quisiese dar el paso y guiarlo en su cuerpo.
De todas formas ya estaba demasiado satisfecho con solo dormir al lado de él. Su aroma intenso y su agarre seguro le hacían tanto bien a su cuerpo que pensar en levantarse así por las mañanas lo motivaba. Había descansado de forma tan plácida que pese a estar despertando a las tenues luces de la madrugada se sentía libre de fatiga.
Todo por el enorme edredón humano que tenía contra sus espaldas.
Kakyoin sonrió una vez más y quiso ladear su cuerpo para verle la cara y despertarle de un besito, pero se sobresaltó cuando el pelinegro se empezó a mover y gruñir. No quería despertarlo, así que no habló pero cuando se percató ya no hacían cucharitas sino que Jotaro estaba montado sobre su espalda.
Resultaba un tanto asfixiante y en su intento por liberarse con sigilo, el pelirrojo percibió que algo le estaba punzando la espalda baja. Luego reconoció qué era, se ruborizó más y más mientras sentía cómo aquello buscaba un sitio más cómodo para estar. ¿Es que acaso por pensar en ello había invocado esa situación?
Lo sintió sobre sus glúteos y tragó saliva, Jotaro no tenía tapujos al expresar sus deseos estando dormido. Kakyoin recordó cómo el asunto del beso que no recordó los había llevado a estar juntos; ahora se preguntaba a dónde lo llevaría esa situación. ¿Y si el otro no se acordaba al despertar? ¿Tendría que explicarle que se le había subido a jadearle "Nori" contra la nuca mientras se le restregaba de forma caótica?
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Differences Are Good Bricks To Build Up A House; 「Jotakak AU」
FanfictionAmbos estudiaban el océano, y eso era todo. No tenían mucho en común, ¿no? Universo Alternativo. Dibujo de portada por: @leslovedraws (Fb/Ig)