8. Wicked games

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Nota: espero haber investigado lo suficiente. I tried so hard. :'0

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-¿Eri pajero?-Soltó Kakyoin, señalándole el calendario de la pared a su compañero. Este arrugó el gesto, intentando descifrar qué demonios había dicho el otro.

-¿Japonés?

-Español. Ayer hablé con tío Pol, que está en Chile y dijo que tú eri pajero.

-Sabes que solo manejo el inglés y sigues hablando en eso. ¿Por qué?

-Es decir, que andas de vago. Y ya estamos a mediados de otoño. No quieres quedarte un año más por la investigación, ¿no? Porque no es tu casa...

-Ya, ya. Mejor alístame las maletas y bótame a la puerta.-Gruñó el menor, desperezándose y levantándose del sofá de la sala.

-Qué fácil te resientes, solo te estoy diciendo la verdad. ¿Quieres tu tesis para este año?

-Sí.-Soltó Jotaro en voz bajita, sabiendo que después de todo, Kakyoin era la voz de la lógica que le recordaba que su viaje no era (solo) para hacer turismo.

Por el propio hecho de ser quien era, le costaba ordenar sus prioridades. Es decir, Joseph Joestar, su abuelo, era un magnate y por parte de su madre, él iba a terminar heredando parte de esa fortuna. Es más, ya vivía de ella. Su familia podía darse la vida acomodada y, generalmente, estudiar carreras sin pensar en la rentabilidad de estas. No tenía ninguna prisa por trabajar y lo único por lo que debería sacar la tesis es para administrar la granja piscícola que el viejo ya había implementado.

Era un asunto bastante relajante, pero por otro lado le solía dar algo de vergüenza admitir que empezó a estudiar biología marina solo porque le gustaban los delfines. No era estúpido y su educación siempre estuvo en manos de profesores de élite, se pudo haber desempeñado en casi cualquier carrera; el único determinante que lo llevó a la Escuela de Biología Marina era que pasó más de la mitad de su vida visitando cada fin de semana a Flippy del Miami Seaquarium, Florida.

El único confidente de su motivo y sus dudas durante la carrera había sido su amigo, Mohammed Avdol (a veces le decía Momo, pero en privado porque no homo). Eran de la pequeña fracción de su clase a los que siempre confundían con extranjeros, cosa que como floridense, siempre le frustraba. Avdol no le daba mucha importancia, era un hombre bastante relajado que se centraba en lo suyo y por eso era alumno destacado. Había asesorado muchas veces a Jotaro, pese a ser del mismo año.

Era un buen hombre, su mejor amigo.

Tal vez debería llamarlo otro fin de semana para charlar y pedirle consejos para enfocarse en su labor. Otra razón para no atrasarse en su tesis era que quería graduarse con él. Más motivado, se levantó temprano a la siguiente mañana de la advertencia de Kakyoin. Se colocó sus pantalones más gruesos, sus botas de trabajo y también se abrigó el pecho, listo para recibir el viento otoñal.

Su asesor lo esperaba en la cocina, haciendo el desayuno y con una vianda preparada sobre el mesón. Jotaro agradeció mentalmente, porque la actividad física le daba bastante hambre. Tomó un bollo de la cesta de panes para abrir su comida matutina.

-Buenos días, Jotaro.

Se fijó en cómo se había equipado este y jamás lo había visto usando colores tan neutros como en ese momento, pero que no dejaban de combinar. Llevaba pantalones de mezclilla y unas botas de suela gruesa que no llegaban a ser plataformas. Su suéter beige claro contrastaba con un chaleco verde militar con el logo de la base y una banda elástica negra le sostenía el cabello para atrás.

Differences Are Good Bricks To Build Up A House; 「Jotakak AU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora