N.2 Pensamiento Vital

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Recuerdo el día donde aún podía tener a mi abuela cerca, ahora no.

Ahora vivo, mientras ella ya no lo hace, trato de decir adiós aunque me vaya por solo un minuto... pues no sé cuál sería la últimas vez que pueda ver a alguien.

¿Qué pienso de la muerte?... ya que es algo literario y seguro.

Sigue siendo una incógnita en esta vida de ciencia.

Dónde avanzamos para ver vivir otras personas o donde tratamos de dar esperanza al dolor; mientras otras nos ven avanzar desde lejos.

También hablar un poco del silencio... Un cualidad que muchos poseen.

El silencio podría hablar por si solo ya que no es algo eterno y quizás es una parte de nuestra vida, un recuerdo muy de nosotros que no a todos podemos contar.

Podría hablar de los días de lluvia dónde pude tener muchos recuerdos, dónde quedó una parte de mi infancia.

Esos días donde sales y te mojas para luego resfriarse.

Sabes que te hace un mal pero a la vez te hace sentir bien .

Las experiencias 

para bien o para mal 

solo son una oportunidad
y un momento.

Si es para bien trata de disfrutar al máximo sin miedo a perder la oportunidad, teniendo en claro que luego vendrá lo malo.

Y quizás si es para mal tampoco te la pierdas son útil para aprender, no te rindas y conseguirás la salida y al final tu alegría.

¿Qué podría cambiar del mundo?

La verdad nada, ya que es perfecto.

Solo mejoras, queda de nuestra parte hacer ese cambio.

Quiero opinar un poco sobre el dilema de dejar de ser uno, por querer ver a otros felices... sería demasiado cobarde e infeliz, tu felicidad es tuya y de nadie más.

Una parte de esto
son mis días donde creí morir solo con el miedo de no despertar.

Lo bueno pues todo salió bien, la operación fue un éxito y creo que era algo fácil y de pocos riesgos.

Recuerdo entrar al cuarto en la camilla pero antes de eso, recuerdo las palabras del origen de esta vida sentir la fuerza de su mano junto a la mía, eso bastaba y decía mucho... Ese afecto me decía que todo saldría bien.

Los día de encierro para la recuperación pasaron lentos.

Solía ver la compañía de mami como tiempo para estar juntos, pero no aún pienso las noches donde ella no dormía por estar pendiente de que yo lo hiciera.

Su preocupación y cansancio lo demostraba con sus ojos.


Las visitas de familiares eran días donde mami podía ir a casa y tratar de descansar un poco.

Gracias a Dios todo acabo y puede salir de ese cuarto, todos felices por verme de vuelta en casa.

Quién diría que al pasar el tiempo los días de preocupación y días donde no dormir bien, fuesen una carga que día a día acumulaba en aquel cuerpo.

Es de gran valor el amor y afecto de una madre.

Ahora lo entiendo quizás aquel día no, pues era un niño.

Pero si me llegará el día de no dormir por ella lo haría.


Prosa poética escrita por: diegonez21

Publicada en el libro: Mi historia Entre Versos

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