◇Capítulo 14◇

830 146 21
                                    

Luego de aquel momento no dijimos nada, solo nos quedamos allí, mirando el mar, Win estaba sentado entre mis piernas mientras yo lo abrazaba y así se quedó dormido, me quede observandolo, quería grabar cada parte de su rostro en mi memoria, despué...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de aquel momento no dijimos nada, solo nos quedamos allí, mirando el mar, Win estaba sentado entre mis piernas mientras yo lo abrazaba y así se quedó dormido, me quede observandolo, quería grabar cada parte de su rostro en mi memoria, después de un rato el despertó me miro a los ojos y sonrió, fue la sonrisa más hermosa que le había visto desde que lo conoci, realmente hermosa.

—¿Por qué hoy tu sonrisa se ve más hermosa? —cuestione mientras acariciaba su cabeza.

— Quizas porque hoy sonrió por ti —respondió alegre.

—Quieres...

—No, no —me interrumpió—. Dejemos eso para más tarde, hoy solo disfrutemos del día y mañana regresaremos a la realidad —afirmó sonriendo.

Esta bien —respondí y besé su frente.


Unas horas después fuimos a caminar por la playa, el tomó mi mano con una sonrisa y no existió un momento en el que me soltara, hablamos de todo lo que le gustaba, yo quería saberlo todo, conocerlo por completo, hacíamos bromas y reíamos, parecía que habíamos estado juntos toda una vida.
Llegamos a un restaurante frente a la playa y comimos allí, me contó sobre todo lo que le costo convencer a su padre para que lo dejara actuar, mencionó que el era dueño de una gran empresa, un hombre rico y poderoso, pero que nunca le pidió ayuda, todo lo quizo hacer y lo hizo solo, también me dijo que fue gracias a su madre que lo pudo hacer, ya que ella lo ayudo a convencerlo, ella siempre lo consentía y si quería ser actor entonces iba a ser actor, pero en un momento vi tristeza en su mirada y sabía que había recordado a su amigo, tome su mano y sonreí para que supiera que todo estaría bien.

—Quisiera que este día no termine —expresó con tristeza.

—Esa suena a una excelente idea —afirme con una sonrisa—. Pero en algún momento tendrás que enfrentar tus problemas.

—Lo sé, lo sé —respondió mirando a lo lejos.

—Pero sabes que yo estoy aquí para ayudarte —aseguré mirándolo a los ojos—. No te dejare solo, nunca.

Volvimos a la cabaña y nos recostamos en una hamaca colgante que había entre dos platas de coco, permanecimos en silencio mirando el cielo por mucho tiempo hasta que Win hablo.

—¿Por qué estas aquí? —cuestionó.

—Fui enviado aquí para protegerte —respondí tomando su mano.

—¿Por qué a mi?

—¿Recuerdas el accidente que me mencionaste aquella vez?

Soy tu GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora