Aquellos viajes en carretera siempre valieron la pena y no solo por el paisaje. Él llegaba al lugar acordado y ella le esperaba con sus copas B dispuestas al amor, una botella de vino y una extensión de maravillas sobre su espalda le clamaba a gritos que le besara. Él en estos momentos se pregunta, ¿cuándo será el próximo viaje?