No buscaba nunca la perfección y las únicas estrellas que perseguía eran las de su espalda, con sus apodos, sus risas y su extraña manera de doblar la ropa interior recién lavada. Esa misma ropa interior sensual que al caer la noche, disfrutaría quitándole.
Al caer la noche
No buscaba nunca la perfección y las únicas estrellas que perseguía eran las de su espalda, con sus apodos, sus risas y su extraña manera de doblar la ropa interior recién lavada. Esa misma ropa interior sensual que al caer la noche, disfrutaría quitándole.