La gata estaba tendida en el sillón, acicalándose indistinta, como siempre. Al cabo de un rato, el peludo animal lo miró con intenciones de hablarle, de quejarse, de pedirle a su humano que de una vez por todas sacara ganas de vivir, pero solo pudo maullar.
Peludo animal
La gata estaba tendida en el sillón, acicalándose indistinta, como siempre. Al cabo de un rato, el peludo animal lo miró con intenciones de hablarle, de quejarse, de pedirle a su humano que de una vez por todas sacara ganas de vivir, pero solo pudo maullar.