Invierno

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Capítulo 1. Parte 2.

No soy un chico particularmente sociable, de hecho, soy de esos que se pasan la mayor parte de su tiempo en la biblioteca leyendo algún libro, realizando alguna investigación para mi tema de grado, dando clases de tutoría algunas tardes, o encerrado en mi habitación escuchando viejas bandas sonoras de películas románticas.

Y bueno, no es que sea un solitario, simplemente nunca he sido capaz de encontrar una razón para charlar con las personas sobre cosas vanas del día a día, soy de las personas que necesita tener un motivo valido para hablar con alguien, y a veces prefiero mil veces permanecer en silencio antes que realizar una charla ociosa. Claro, no soy una persona maleducada, y responderé a cualquier conversación en la que se me pueda incluir, pero no comenzará por mi propia voluntad.

Ha sido así durante la mayor parte de mi vida excepto cuando había conocido a mi mejor amigo Charles en la universidad, dado que él es una mariposa social que de alguna manera encontró afinidad conmigo y quiso ser mi amigo, me he visto siendo arrastrado de un lado para el otro porque él estaba empeñado en hacer mi vida “un poco mas interesante”.

No que eso sirviera de mucho, la mayor parte del tiempo simplemente fingía estar prestando atención a lo que estaba pasando a mi alrededor cuando simplemente estaba profundamente metido en mis pensamientos deseando estar en cualquier otro lugar que no sea en ese.

A Charles no le importaba, a él le bastaba con que yo pusiera un poco de mi parte, porque él entendía mi personalidad y no estaba empeñado en cambiarme, sino simplemente en ayudarme en hacerme menos retraído, porque él era una de las pocas personas que en verdad entendía mi personalidad.

No se que había pasado por su mente al momento de decidir ser mi amigo, pero había sido una buena decisión para los dos, porque yo tenia una persona que me entendía, y Charles tenia una pequeña mascota que arrastrar alrededor para no estar solo.

Era una relación de ganar-ganar.

Como en ese momento.

Yo simplemente asentía y murmuraba unos “mmm” y “ajam” en los momentos claves cuando Charles, Cloe, o Rachel me hablaban, pero no estaba ni remotamente cerca de estar al tanto de lo que estaban hablando, simplemente respondía cada vez que sentía que me miraban o cuando decían mi nombre, porque mi mente estaba a miles de kilómetros de distancia.

Me encontraba observando al parque al otro lado de la ventana panorámica de la cafetería en la que estábamos tomando el café de la tarde, mientras debatíamos que realizar para el taller que teníamos que presentar para el final del semestre.

Éramos estudiantes de Letras y Literatura Clásica en nuestro ultimo año, a solo un semestre de graduarnos por lo que la presentación del proyecto era de gran importancia, más para mi, ya que al ser estudiante de dos carreras simultaneas, muchos ojos estaban puestos sobre mi, para ver si en verdad seria capaz de poder terminar mis dos grados, el primero siendo una Licenciatura en Letras y Literatura Clásica, el segundo también una Licenciatura, pero en Economía. Había luchado mucho para que la universidad me permitiera llevar a cabo los dos grados al mismo tiempo, y había pasado mucho tiempo organizando horarios caóticos para acomodar las clases después de que aprobaron mi solicitud, saltando de una facultad a otra durante cuatro años, como para perder todo ese progreso en el último semestre.

Por lo que sí, estaba concentrado en este proyecto ya que si fallaba no aprobarían mi grado de Letras, por lo que tampoco podría titularme como Economista, ya que esa había sido la única condición que me había puesto el consejo universitario cuando habían accedido a mi petición de estudiar dos programas al mismo tiempo. Si fallaba en una, fallaba en ambas.

Aun así, no estaba preocupado, porque de no tener la confianza de que podría lograrlo, no habría hecho la solicitud en primer lugar, sabia a lo que me atenía y sabia que lo lograría. No tenia ninguna duda.

Estaba muy sumido en mis pensamientos cuando divise al otro lado de la ventana a una cara muy familiar y atractiva, que hizo que mi tren de pensamiento se descarriara aun mas.

Hiroshi Kurosaki, un estudiante de primer año de Administración, de ascendencia mixta con sangre japonesa, caminaba a través del parque con una hermosa morena sosteniendo su mano, ambos con sonrisas coquetas en sus labios, los ojos rasgados de Hiroshi brillando con picardía mientras parecía estar susurrando cosas al oído de su compañera.

La primera vez que lo ví fue al comienzo del año en las actividades del inicio del semestre en las que me había visto obligado a participar junto con Charles, él tenia su cabello negro azabache cayendo sobre su frente y sus intensos ojos marrones mirando a su alrededor con suspicacia, pero al mismo tiempo con asombro y curiosidad, como les sucedía siempre a los novatos en su primer día en la universidad después de salir de la preparatoria.

Fue muy lindo de ver.

Extrañamente sentí la necesidad erguirme y hacerme notar, Hiroshi tenia el tipo de rostro que se siempre me atraía, delicado, suave y juvenil, y quería que él me viera, aunque fuera una sola vez.

Pero no lo hice, y en su lugar me quedé quieto, permaneciendo al lado de Charles mientras esté repartía volantes del club de Literatura para los nuevos estudiantes, observando como Hiroshi pasaba a mi lado sin siquiera una mirada en mi dirección.

No lo volví a ver si no hasta la noche, cuando los eventos estaban por terminar, y fue arrastrado por Cloe hacia el club, después de que él había mostrado interés en pertenecer al club.

Él se presentó a sí mismo a todos los que estaban a mi alrededor, pero yo no me di cuenta de cuando llego, porque estaba ocupado reuniendo mis cosas para irme por fin. Había sido un apoyo silencioso del club ese día, en palabras de Charles, solo había estado ahí para que mi cara bonita atrajera a nuevas chicas al club, por lo que no había sido necesario que hablara o interactuara, esta vez solo se esperaba de mi que me viera apuesto y centrado.

Me di cuenta de que Hiroshi estaba detrás de mi, porque su voz un poco ronca y profunda para un chico que acababa de salir de su adolescencia, viajo por toda la estancia, causando estragos entre todas las chicas…. y en mi.

Cuando me voltee a ver quien hablaba, lo pude observar caminando hacia mi, su pasos eran seguros mientras se acercaba, con su mano extendida y una sonrisa radiante en sus labios, sus ojos siendo como dos perlas brillantes en su pálido rostro.

—Hiroshi Kurasaki —me dijo mientras tomaba mi mano y la sacudía en un apretón sorprendentemente fuerte.

—Mark Fleming —dije por inercia, mientras sentía la textura extra suave de su mano en la mía.

En ese momento algo realmente extraño me sucedió.

Mi corazón dió un rápido bandazo en mi pecho y mis manos se sintieron sudorosas, mientras él pasaba de mi y comenzaba a conversar con las demás personas en la habitación.

Me fui después de eso, porque en realidad no tenia un motivo para quedarme, y quería llegar a casa a descansar.

Pero no pude dejar de pensar en eso, porque de alguna manera, él fue la primera persona que hizo que mi corazón se acelerase.

Él fue la primera persona que me hizo sentir algo, aunque no comprendiera bien, que era ese algo.

Amores de Estaciones. LGBTQ+ 🌈 #ECA2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora