Invierno

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Capitulo 7.

Mi obsesión con Hiroshi no disminuyo con el paso del tiempo, en su lugar, se hizo más fuerte.

Ya no podía decirme a mí mismo que se trataba de un enamoramiento, porque no lo era. Era algo más.

Me había enamorado de él.

Y eso me asustaba.

Había pasado poco más de un mes desde que habíamos comenzado a tener sexo.

Pasamos de vernos dos días a la semana, por las clases de tutoría, a vernos casi todos los días en mi departamento. Éramos insaciables, no podíamos tener suficiente el uno del otro. Pero la mayoría del tiempo Hiroshi solo obtenía lo que quería de mí y después se marchaba. Pocas veces se quedaba a dormir conmigo y eso me volvía loco.

Era muy doloroso y placentero al mismo tiempo.

Cuando lo tenía solo por unas cuantas horas las consideraba las mejores horas de mi día. Pero cuando no lo tenía, sentía que me volvería loco.

Yo no estaba ni remotamente cerca de confesarle mis sentimientos, sabía que él no lo aceptaría e inmediatamente nuestra relación de amigos sexuales se acabaría. Era una apuesta insegura, pero prefería tenerlo a medias, que perderlo por completo.

La verdad es que soy un idiota cobarde.

Temo que el destino se cobre todas esas veces que desprecie a los demás al no poder amarlos, y no me permita tener a Hiroshi de la manera que quiero.

Temo que en el momento en que él se dé cuenta de mis sentimientos ponga distancia entre los dos y terminemos separándonos definitivamente.

Aun mas debido a su actitud de los últimos días, ya que ha estado un poco distante conmigo, aunque no comprendo la razón de su actuar.

Se suponía que esta noche seria como las otras veces, pero no lo era.

Hiroshi me había llamado esa tarde y me había dicho que hoy no podríamos vernos ya que él tenía que resolver un asunto muy importante.

¿De qué se trataba? No tenía ni idea, pero me dejaba un poco inquieto. En el tiempo en el que llevábamos juntos, era la primera vez que era él quien no podía reunirse conmigo y eso me dejaba un mal sabor de boca.

Fue por eso que decidí salir de mi retina y despejar un poco mi mente, tratar de dejar de pensar tanto en él, por lo que me encontraba caminando por las calles del centro de la ciudad, camino a encontrarme con Charles en el cine.

La verdad era que Charles había estado un poco desconcertado porque últimamente solo nos veíamos en la universidad y solo fugazmente. Dado que él no sabía de mi “relación” con Hiroshi, no podía precisamente decirle que había abandonado nuestra amistad en favor de un chico.

Pero tampoco podía dejar perder nuestra amistad por la misma razón, por lo que había aprovechado la oportunidad de invitarlo a salir ya que tenía la noche completamente libre y podía desahogarme un poco con él.

No quería que nuestra amistad se estancara solo porque yo estaba teniendo una aventura con Hiroshi.

El móvil en el bolsillo trasero de mi jean vibra y yo me detengo a un lado de alguna tienda de ropa mientras saco el celular.

Charles: Ya llegue al cine, ¿Dónde estás tú?

Yo: Estoy por llegar.

Levanto la mirada mientras empiezo a caminar de nuevo hacia el cine y es ahí cuando lo veo.

Hiroshi camina al otro lado de la calle, sus pasos, como el primer día que lo conocí, son arrogantes y seguros. Esta perfectamente vestido, luciendo más guapo y perfecto de lo que nunca lo había visto.

Pero no es su apariencia lo que llama mi atención.

Lo que hizo que mi corazón se detuviera en mi pecho fue con quien y hacia donde estaba caminando.

Sin pensármelo dos veces cruce rápidamente la avenida, temiendo perderle el paso cuando giró hacia una esquina, desapareciendo dentro de un estrecho callejón junto con su acompañante.

Mis pasos suenan fuertes mientras sigo a Hiroshi y a la chica morena y muy hermosa tomada de su mano mientras se internaban en la “calle del amor”. No es una zona muy notoria del centro de la ciudad, pero dado que está repleta de esquina a esquina con moteles y bares, era obvia su intención.

En cierta forma no puedo creer lo que estoy viendo. Bueno, no tanto que no pueda, sino es que no quiero creerlo.

Hiroshi no pierde el tiempo, nunca lo hace,  y rápidamente entra a uno de los moteles, la chica tomada de su mano se ríe con coquetería, sus mejilla sonrosadas hablan de timidez por lo que está por venir. No debe de estar acostumbrada a esos lugares si es lo suficientemente inocente como para sonrojarse y reír tontamente solo de entrar al motel, pero entiendo su accionar, Hiroshi es capaz de hacerte hacer muchas cosas que no pensarías por propia voluntad.

Mientras tanto, yo solo puedo observar, sintiendo como un balde de agua fría llamado realidad, cae sobre mí.

Todo dentro de mí parece congelarse.

No estoy tan sorprendido la verdad, después de todo, sabía perfectamente bien como es Hiroshi y cuál es su comportamiento habitual, pero eso no evitaba que doliera cada parte de mi alma.

No podía evitar que doliera observar como la persona de la que me había enamorado entraba a un hotel para acotarse con otra persona cuando el día anterior estaba acostándose conmigo.

Él estaba regalándole sonrisas dulces que nunca me daba a mí, le susurraría palabras dulces y a amorosas mientras entraba en su interior, palabras que nunca me diría a mí, la haría sentir única y especial, como nunca había hecho conmigo.

Iba a darle a ella los mismos besos y caricias que pensaba que solo compartiría conmigo.

Fui un tonto, guarde demasiadas esperanzas y ahora me las devolvían completamente rotas a la cara. Aun a pesar de que sabía que solo era una aventura que tarde o temprano terminaría, inconscientemente había guardado la esperanza de que en algún momento Hiroshi y yo pudiéramos tener algo más.

Pero, todo había acabado en ese momento.

Todo se había terminado.

Para mí, esa fue la noche más fría del mundo.

Por primera vez me habían roto el corazón y se sentía como si me estuviera muriendo por dentro. Pero, me lo merecía ¿no? Yo también había roto muchos corazones en el pasado y ahora todo se me estaba devolviendo.

Hiroshi me lo había demostrado desde el principio, él nunca estaba satisfecho con una sola persona, pero yo había sido un idiota que había asumido conmigo sería suficiente, cuando en realidad no era así. Me había llenado de ilusiones y ahora volvía a casa completamente vacío.

Pero al final, de todas formas esto es lo que iba  a pasar ¿o no? Es mejor que haya pasado hora y no después de que mis sentimientos siguieran creciendo. 

A la final Hiroshi solo me hizo el favor de terminar esto con un daño reparable.

Es lo que me decía a mí mismo, incluso cuando sentía como si mi mundo se estuviera derrumbando.

Amores de Estaciones. LGBTQ+ 🌈 #ECA2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora