Eclipse

I. Huyendo del pasado

Huyendo del pasado

La vida es dolor, es algo que tenemos que tener en cuenta y debemos aprender a vivir con ello. No importa cuánto huyamos del dolor siempre está allí acechando, hiriendo y debilitando, pero qué pasa cuando mueren personas importantes para tí. Cómo podemos afrontarlo sin recordar pues los recuerdos son como una navaja, cortando cada centímetro de piel.

El dolor es inevitable.

Él estaba allí luchando cuerpo a cuerpo contra los miembros de la liga de asesinos. Tenía que salvar a su hijo de las garras del lunático de Ra's Al'ghul. Peleaba con todas su fuerzas acabando con cada miembro que se le acercaba. 

Empezó a correr a las afueras de aquel lugar. Necesitaba encontrarlo y llevárselo de allí lo más pronto posible. 

Mientras que el Omega corría temía lo peor, no se quería ni imaginar lo que le podría estarle haciendo a su hijo. Corrió hasta llegar al final de la montaña encontrándose con más asesinos, uno de ellos tenía a su hijo . Este al verlo se lanzó hacia los asesinos, peleando y esquivando con su grandes dotes de maestro en varias artes marciales

El niño se encontraba paralizado del miedo, viendo como su padre se enfrentaba a cada asesino. El solo quería que ese infierno terminará pronto, no aguantaba más sufrimiento, solo quería ir casa, él solo tenía 4 años. Sus ojos se proporcionaron sobre un asesino que empezaba a acercarse rápidamente hacia su papá con una daga. El pequeño al verlo no lo pensó 2 veces y se abalanzó hacia al asesino.

—NO JADE—grita su padre al ver la acción del niño

La daga atravesó el brazo izquierdo del niño. El asesino tomó al niño de los hombros y lo lanza hacia el océano. Una caída de más de 10 metros hacia el oscuro océano. El cuerpo del niño cayó hasta impactarse con el océano

El detective siente su alma salirse del cuerpo al ver la acción del asesino contra su hijo, se acercó hacia el lugar donde donde fue lanzado su hijo. Empezó a buscar algún indicio del niño…pero no hubo nada sólo olas oceánicas golpeándose con las rocas. El cuerpo del niño había desaparecido en el océano… El oscuro y frío océano

Gritó hasta desgarrarse la garganta, maldijo a los presentes. Tomó un batarang y se acercó hacia el culpable de su dolor. 

Lo golpeó hasta hacerlo sangrar, el asesino empezó a escupir sangre hasta el cansancio. El Omega le propinó otro golpe, tras otro. Tomó el batarang y lo puso en el cuello del asesino, se dio cuenta de lo que estaba haciendo sujeto el batarang y lo lanzó lejos.

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Despertó aturdido y sofocado. Su pecho subía y bajaba a una velocidad vertiginosa mientras su corazón se contrae en cada pulsación. Se incorporó sobre su escritorio y se acomodo mejor en su asiento. Había sido una pesadilla. Una maldita pesadilla que lo estaba torturando últimamente, él pensó que ya había dejado ir a su hijo, pero no era así. Él lo recordaba cada día a su campeón. Al pequeño alfa de 4 años, su pequeño de grandes ojos verdes y cabellera negra. Su Jade 

La puerta se abrió de sopetón y por ella salió un beta mayor con rasgos ingleses, traía con él una bandeja con una taza de café y el periódico. El Omega se le quedó mirando pensativo, el beta se quedó perplejo al ver la mirada que estaba proyectando el Omega. Avanzó unos cuantos pasos colocando el café y el periódico en el escritorio de madera

—Buenos días amo Bruce—comentó el beta con armonía—¿Durmió bien?- Preguntó 

—Eso quisiera-—respondió Bruce