SIDE STORY: LA VIDA DE JANY.

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Haber todas despierten, báñense, cámbiense ropa y comamos algo delicioso.

La voz de Didi retumbaba en mi cabeza, mientras gritaba: ¡Nooooo!, me incorpore y me metí al baño antes que Kari, me duché y me puse ropa de Rubí, fui a la cocina y empecé a arreglar la mesa para el desayuno, Didi estaba cocinando, vaya... eso de cocinar sí que le queda bien, mi historia de vida es un poco triste al principio, mi madre biológica me abandonó al nacer, crecí en un pequeño orfanato a las afueras de la ciudad, cuando cumplí los 10 años una de las trabajadoras me dijo que jamás me iban a adoptar ya era muy grande y las familias buscan bebés y niños pequeños, me resigné y empecé a ayudar a los niños más pequeños, limpiaba, lavaba y ordenaba lo que más podía aunque fue un poco difícil al principio después de 2 años ya estaba acostumbrada, un día estaba con los demás niños jugando en el patio y se me acercaron 2 hombres, fueron amables y preguntaron mi nombre,

Javiera Alejandra- dije sorprendida.

¡Woow! Qué hermoso nombre- dijo uno de los hombres.

Gracias – dije tímida- todos mis amigos me dicen Jany.

Ese apodo es aun más hermoso- dijo el otro hombre sonriendo

¿Ustedes vienen a adoptar cierto? Aquí hay varios niños que necesitan papás – dije sonriendo

¿Así? Y tú... ¿los conoces a todos?- dijo el primer hombre.

- respondí.

¿Qué edad tienes Jany?- preguntó el segundo hombre.

¿Yo? Mmm... 12 años, pero a mí no me pueden adoptar- dije seria.

¿Y eso por qué?- dijo el primer hombre sorprendido.

Porque soy muy grande – respondí cabizbaja.

¿Y eso que tiene que ver? ¿Acaso no quieres una familia? – preguntó el segundo hombre.

Sí, pero a mi edad ya nadie me va a querer – respondí.

¿Sabes Jany? Cuando te vi supe que eras especial, siempre cuidas de los demás – dijo uno.

Sí, es verdad recién estabas peinando a esa niña de ahí – afirmó el otro.

Yo creo que es hora de que alguien más cuide de ti – dijo el primer hombre.

Sí, ¿Qué te parece si vienes a casa con nosotros? – preguntó el segundo hombre.

Juntos te daremos un hogar, tendrás tu propia habitación – dijo el primer hombre - te compraremos ropa nueva y juguetes.

Irás a la escuela y tendrás muchos amigos – dijo el segundo hombre - Y lo más importante, estaremos nosotros y te daremos todo el amor del mundo.

Seremos una familia ¿Qué opinas? – preguntó el primer hombre con cara amable.

Sí, me gustaría- dije mientras se deslizaba una lágrima por mi mejilla.

Desde ese día ya no fui solo Jany, sino que además tenía dos apellidos, mis dos padres me amaban, ambos siempre se preocupaban mucho por mí, de que estuviera bien y a salvo, me regaloneaban, me consentían, no tenía nada que envidiarles a las otras familias, mis dos papás fueron, son y serán el mundo para mí.

Mario es arquitecto, tiene su propio estudio y le va muy bien, siempre crea nuevas formas de diseñar acordes con el medio ambiente, él es alto, cabello rojizo, ojos cafés. Mi otro papá se llama Paul, es abogado trabaja para un banquete que representa a grandes empresas, es más alto que papá Mario y tiene el cabello negro, ojos verdes. Durante mi adolescencia me concentre en los libros, amaba las novelas románticas, siempre he creído que el amor está más cerca de lo que crees, mis papás son el ejemplo vivo, ya que se aman incondicionalmente, es por eso que siempre he soñado con tener una familia a futuro y tener muchos hijos con mi verdadero amor, aunque suene cursi. Siempre fui buena estudiante y cuando quise entrar a la universidad me gané una beca que cubría el 100% de mi carrera, mis padres estaban orgullosos de mi, elegí ser publicista, una vez que me titule empecé a trabajar en una pequeña empresa hasta que se me dio la oportunidad de trabajar para una editorial, siempre amé la literatura y esta era mi oportunidad, para mi primer trabajo debía reunirme con una escritora novata y encima joven, aunque la idea no me gustaba decidí dar mi máximo esfuerzo.

La Vida de RubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora