CAPITULO 8: EL NUEVO COMIENZO

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"... Comencé a alistarme, mi hija me había llamado, su voz era muy seria, ella jamás es seria con nada excepto la vez en la que Richard quería que estudiara leyes y ella se negó porque quería ser escritora desde ese día mi marido siempre ha estado decepcionado de ella, jamás voltea a verla ni siquiera ha leído sus libros ni ve sus entrevistas en la televisión, en cambio a Caleb lo tiene en un pedestal y aunque sea mi hijo me frustra, él tiene más acciones que yo y aunque he manipulado a Richard para que me ceda acciones no son suficientes, nunca es suficiente para mi, hace algunos años tuve cáncer y aunque entre en remisión y me curé, el destino me la vuelto a jugar, otra vez estoy enferma, he mantenido este secreto durante 5 meses pero los tratamientos no han surgido efecto, necesito dejar todo listo antes de..., necesito dejar todo listo para mi única hija, mi hija, mi bella hijita, este enorme secreto me lo llevaré a la tumba y no puedo dejar que nadie se entere, ella es mi vida, luché por ella cuando estábamos solas, luché por ella cuando me casé con Richard aunque él ya tenía un hijo pequeño, aunque éramos pobres, aunque yo no lo amaba, luché por ella toda mi vida y lucharé por ella hasta que muera, si estoy en lo correcto hoy será el día en la que ella decida su futuro, si hoy es el día podre dejar a Richard y centrarme en mi tratamiento, si hoy es el día podre dejar asegurada a mi hija de por vida, mi hija la amo tanto..."

Llegué al Saint Jo 15 minutos antes que mi madre, me senté en la terraza del restaurante hacía mucho calor, pedí un jugo de naranja, miré mi celular y había un mensaje de Finn, decía que me extrañaba, estaba a punto de responderle cuando mi madre llegó acompañada de un joven de traje. Mi madre, Odette Briand es una mujer impulsiva e implacable, testaruda, altiva pero amorosa, compasiva con el prójimo, no muy alta, rubia de pelo rizado, una mujer de negocios, ella dirige el centro comercial Briand, que es parte del conglomerado, un pequeño regalo que mi padre le hizo hace unos años que empezó como una boutique.

Hola madre, que bueno que llegaste – dije levantándome de la silla.

Hijita, no te he visto desde el cumpleaños de Caleb – dijo mientras me abrazaba.

Jajaja si las cosas no terminaron bien, lo lamento fui impulsiva –dije avergonzada.

No te preocupes cariño, familia es familia y yo te amo – dijo sonriendo.

Jajaja gracias.

Dime que es lo que quieres hablar conmigo- dijo mientras se quitaba las gafas.

Madre pero primero dejemos que el joven tome asiento – dije mientras miraba al chico de traje.

Ah si te lo presento, el es Martín mi asistente personal

Un gusto Martín, yo soy Rubí – dije mientras le daba la mano.

Lo sé Srta. Palmin soy su fan – dijo sonriendo.

Oh muchas gracias.

Bueno empecemos ¿Quieres? – Dijo mientras se acomodaba el cabello - tengo un almuerzo programado con las chicas del club de tenis.

Seré directa – dije mientras apretaba mis manos bajo la mesa tratando de darme valentía para hablar - Madre, quiero tus acciones, quiero tener poder dentro del grupo y solo lo conseguiré con tu ayuda.

Vaya – dijo con media sonrisa - pero que aspiraciones tan grandes, lo que oigo es... ¿avaricia?

No sé si sea avaricia o algún sentimiento parecido, pero ¿acaso no soy tu hija también? Tengo el apellido Palmin después de todo – dije seria.

Nunca has sido ambiciosa ¿A qué se debe este cambio tan repentino? – preguntó con malicia.

Me cansé que los demás pasen por encima de mí – dije bajando la mirada - aunque le dije a Caleb que le entregaría mis acciones, han pasado cosas en mi vida que no puedo ignorar – En ese momento me arme de valor y dije mirándola a los ojos - por eso necesito tu ayuda, quiero tener tanto poder como mi hermano y quiero que mi voz sea escuchada.

La Vida de RubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora