DEEP STORY: VIDAS.

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LA VIDA DE CALEB

"Hola pequeño, desde ahora llámame mamá, ella es Rubí será tu hermanita..."

Me desperté agitado, ¿Qué fue ese sueño?, estaba muy cansado, el día anterior estuvo lleno de sorpresas, nunca me imagine que mi madre otra vez estuviera enferma y odio el hecho de que me lo haya ocultado, gracias a dios hoy es domingo, pude descansar, revisé mi celular y tenía muchas llamadas perdidas de Jany, esta mujer... está loca- pensé, me levanté me duche y salí por un café, ¿debería ir al club? Naa... mejor llamo a David.... Pensaba mientras caminaba, estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta y choqué con alguien.

¡Ups! Perdona – Dije mientras veía el café derramado en el pavimento.

¡Ay! Me dolió, fíjate por donde cami... ¡Oh! Eres tú – dijo una chica mirándome fijamente.

¿Perdón? ¿Te conozco? – pregunté incrédulo.

Si, tú eres el potro salvaje – dijo mientras se sacudía.

¿Qué?

Él que corría por el hospital ayer – dijo -Chocamos y me botaste ¿recuerdas?

Ah sí, perdón, esta es la segunda vez – dije arrepentido.

Sí... me debes un café, págame.

Tienes razón vamos te invito - nos encaminamos a la cafetería que quedaba a 2 cuadras de ahí, mientras caminábamos pude observarla mejor, es baja de 1,60 aproximadamente, ojos cafés, cabello negro, delgada, tés blanca, labios rosados.

¿Qué me ves? – dijo deteniéndose frente a mí.

¿Eh?

Me estas mirando, ¿me estas analizando?

Jajaja ¿Yo a ti? Dios no, tengo mejor gusto – dije burlándome.

¿Ah sí? Solo porque me tengas que reponer el café no significa que esté en una cita contigo.

¿Qué? Yo jamás tendría una cita contigo.

Bien, al menos tenemos algo en común.

Dime, ¿Por qué andas tan regañona? ¿Así te levantas en las mañanas? ¿O andas en tus días? – dije burlándome.

¿Ah? Tú crees que porque una mujer se te enfrenta ¿tiene que necesariamente andar en sus días? – respondió enojada.

¿Entonces no? – insistí.

¿Eres misógino o algo así?

No, pero...

¿Sabes? Ya no necesito el café, me acabas de amargar el día, adiós – se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Adi... oye no me dijiste tu nombre – grité.

Aquí tienes mi nombre – dijo levantando el dedo medio.

Dios que mujer, espero nunca más verla ni encontrármela, fuera de eso mi día continuo con normalidad, esa noche también tuve un sueño muy extraño, iba de la mano con una mujer pero no era mi madre... cuando desperté eran las 7 am, generalmente me despierto mucho más temprano ya que salgo a correr y ejercitarme, así que tuve que andar rápido me duché y me vestí formal, cuando llegué a la empresa mi secretaria comenzó a informarme de las novedades y reuniones programadas para ese día, mientras caminábamos al ascensor una chica se me atravesó.

La Vida de RubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora