CAPITULO 6: FAMILIA

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Me desperté asustada, eran la 5:35 am, traté de volver a dormir pero fue imposible, hace tiempo que no soñaba, tomé mi celular y me encontré con un montón de mensajes de David, debe ser por lo de la transferencia de acciones, pensé, decidí ignorarlo, ya tenía mi decisión y aunque me dieran los pro y contras no iba a cambiar de opinión, me levante, ya no podía seguir en la cama, le envié un mensaje a Finn diciéndole que despertara, me respondió con otro diciendo que ni siquiera había dormido, que se había quedado toda la noche tratando de terminar su libro, yo también he pasado por eso, a veces estas tan confundido que no sabes que escribir, una cosa es lo que le quieres trasmitir a los lectores y lo otro es lo que ellos quieren escuchar, me duché y me puse ropa deportiva, salí a correr necesitaba despejar mi mente, debía empezar a escribir mi siguiente novela, cuando volví me duché y desayuné, estaba lavando la loza cuando recibí otro mensaje ¡aaaaj! ¿David otra vez? Pensé, mire mi celular, era de Jany.

Mensaje recibido a las 07:36 am:

-Rubicita, no quiero que te alarmes pero papá Mario se encuentra en urgencias.

-¿Qué? Pero ¿En cuál hospital estas?

-En el metropolitano.

-Jany, no te preocupes, todo va a estar bien, yo ya voy saliendo.

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A la mierda con el libro - dije en voz alta mientras tomaba las llaves del auto, mi celular y me dirigía al hospital lo más rápido posible, mientras iba en el auto manejando como una loca desquiciada, traté de llamar a Caleb, pero a pesar de que le marque 100 veces ninguna me lo contesto, cuando llegué al hospital me vino un miedo terrible, dude al entrar, siempre he tenido malas experiencias en los hospitales, pero esto no es por mí, es por mi amiga y su padre, ellos me aceptaron en su familia, me alimentaron y me cuidaron, me arme de valor y entré corriendo y gritando,

Amiga ¿cómo esta papá Mario?

Está en la sala de operaciones - dijo casi llorando.

¡Dios mío Jany! tú no te preocupes por nada, todo va a estar bien - dije abrazándola.

Gracias Rubicita - respondió mientras lloraba.

Papá Paul, usted debería sentarse, les traeré cafés- dije tratando de sonreír.

Me aleje a máxima velocidad en busca de los cafés mientras llamaba por última vez a Caleb y el baboso no me contestó ¿Dios que hago? Me pregunté, le marque a David, a la tercera llamada me contesto.

- ¡Dios David! ¿Por qué no me contestabas? ¿Es porque no respondí a tus mensajes? - dije enojada.

- Rubicita, estoy en una reunión con tu hermano desde muy temprano no podía contes... - dijo en voz baja - ... ¿ah? Lo siento Caleb es tu hermana.

- David necesito que me des el número privado del director del hospital ¡urgente! - dije desesperada.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Te paso algo? ¿Estás bien? - pregunto con tono preocupado.

- ¡Tú solo dame el numero David! - grite furiosa.

- Deja buscarlo - dijo nervioso.

- ¡Aah! No... Olvídalo ya lo encontré... ¡¡¡¡Doctor Fernandeeeeeez Soy yooooo!!!! - grité mientras colgaba la llamada.

Al doctor Carlos Fernández lo conozco desde que tengo memoria, cuando tenía 3 años me detectaron leucemia (el cáncer siempre ha estado en mi familia por parte de mi madre) Él era un médico joven e inexperto y aunque mi familia en ese entonces no era adinerada el puso su vida y corazón en mi tratamiento, cuando tenía 7 años ya estaba completamente curada y mi pelo volvió a crecer, y aunque ya no necesitaba quimioterapia siempre lo iba a visitar, cuando mi familia empezó a tener más poder también empezó la construcción del hospital, mi padre lo recomendó en la junta directiva para que fuera el director y lo ha hecho bastante bien, cuando Carlos me vio abrió sus brazos y me abrazó hace mucho tiempo no nos veíamos.

La Vida de RubiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora