Capítulo Diez; Sucesos traumaticos y Navidad.

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Me quede petrificada, no podía dejar de verlo, estaba en shock. Zoey hablaba pero la verdad no lo escuchaba, ella se dio cuenta y siguió el camino de hacia dónde miraba, cuando se dio cuenta me tomo del brazo y me jalo hasta el auto, en ese momento reaccione y la seguí, subimos rápido al auto y tomamos marcha a casa y lo único que pensaba era:



Maldito.



[***]



Me levante de golpe, tuve una pesadilla con esos ojos y ese cabello que vi ayer, mi frente tenía una capa de sudor y varios rayos de sol entraban por mi ventana, me quede viendo el techo pero sin ver ni pensar nada en realidad, mi mente estaba en blanco.



Después de media hora así, me levante a ducharme, según el reloj de la mesita de noche, son las nueve de la mañana. Puse el agua fría y me desvestí, deje que el agua inundara todo mi cuerpo y me hiciera temblar del frio, eso era lo que necesitaba, que mi cuerpo tuviera alguna reacción.



Media hora después salí de la ducha, me envolví en una toalla y salí del cuarto de baño, mi sorpresa fue evidente al encontrarme a Thom sentado en mi cama, este me vio y abrió los ojos como platos, se acercó rápido a mí y me abrazo.



-¿Maddie que sucede? Estas morada - dijo, preocupado.



-Nada, solo un poco de agua fría - dije, sin darle importancia al tema.



Había pasado treinta minutos bajo el agua fría, realmente fría, como si hubiera estado el en congelador, pero como dije era lo que necesitaba, que mi cuerpo reaccionara, desde ayer parecía un robot sin expresión, cuando llegue subí sin decir nada, tampoco cene.



-¿Nada? Te puede dar hipotermia Madison - ok, estaba enojado - ve a vestirte ya, ponte algo abrigado - dijo, autoritario.



La verdad no tenía ganas de discutir así que camine hasta el armario, Thom de verdad debió estar muy enfadado, él nunca me habla así, ni a mí ni a nadie. Tome un jean de mezclilla, una camisa de lana en color café, unas botas para el frio del mismo color, y un abrigo de color crema, también un gorrito de lana en color negro.



Salí del armario y Thom seguía en mi habitación, estaba sentado viendo las fotos de las paredes y muebles, muchas son con Zoey, otras tantas con Lindsay, y varias con mis antiguos amigos, otras con mis padres y hay una que es enorme, la más grande, una que estoy con... alguien.



-¿Quién es ella? - dijo, señalando al cuadro más grande.



-Una amiga - dije, cortante - ¿bajamos a desayunar?



-Vamos te acompaño, los adultos ya lo hicieron y salieron a no sé qué.



-Está bien - respondí.



Bajamos en silencio hasta la cocina donde Layla limpiaba y lavaba platos, me vio y no fue necesario que dijera nada, ella me sirvió la comida y me la puso en la encimera de la cocina, no tenía ganas de comer en el gran comedor así que mejor lo hacía aquí.



Me comí despacio el desayuno mientras mi mente estaba perdida en ni yo sé dónde, Thom se restaba a verme y estudiarme. Después de que termine de desayunar subí a mi habitación a cepillar mis dientes, Thom me acompaño, me senté junto a Thom que estaba en mi cama.



-No es necesario que estés aquí. ¿Lo sabes? ¿No?



-Quiero estar aquí - respondió, con una sonrisa afectuosa - dime que te pasa Maddie, ayer desde que volviste en la noche te noto alejada. Sé que odias las compras, pero estoy seguro de que eso no fue lo que ocasiono que estés así.

El Juego Apenas ComienzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora