Un Beso de buena suerte

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Un par de semanas sin duda increíbles; las visitas nocturnas de mi Bichito me tenían de buen humor.

—Adrien ve a los vestidores por tu último cambio.—me mandó el fotógrafo.

Estábamos en una sesión de fotos de la colección de Marinette, y aunque con esta mi relación había mejorado aún me sentía extraño a su lado.
Ahora mismo estaba agotado y sólo esperando por la noche para ver a mi heroína favorita.

Fui hasta el vestidor y me desvestí.

—Chico ya quiero queso.—insistió Plagg—. Ya llevamos una eternidad aquí y mi cuerpo se debilita.

—Exageras, Plagg.—rodé los ojos—. Apenas estamos tres horas aquí y esté es el último cambio, tranquilo que ya nos iremos y te compensaré con todo el queso que quieras.

—Eso espero o te molestaré toda la bendita semana.—amenazó.

—Más de lo que ya me molestas, lo dudo, por eso eres una plagga.

—¡No me digas plaga!—bufó y se veía más tierno así enojado—. Niño idiota que ni siquiera se da cuenta que...

Se alejó murmurando en mi contra, típico de Plagg.

Me puse el pantalón y la camisa, esta última sin abotonar.

«Oh, oh»

—No puede estar pasándome esto a mí.—me quejé suplicando que sólo fuera un error mío.

Pero como a mí la mala suerte siempre me acompaña, esta vez no sería la excepción. El cierre del pantalón se había trabado con la tela de la camisa.

—Mierda...

Intenté forzar para que el cierre suelte la tela pero esto sólo provocaría que se rompan las prendas y no estaba dispuesto a que mi padre o Marinette me mataran por arruinar su trabajo.

Salí del vestidor para encontrar la ayuda de algún asistente, no había nadie.

«Sí, definitivamente estoy jodido»

Volví a entrar al vestidor, me senté a pensar en la mejor forma de despedirme de este mundo. Si no hubiera olvidado la pulsera que me dió mi Lady no me habría pasado esto.

—¿Adrien?—la voz de Marinette al otro lado de la cortina me sobresaltó—. ¿Estás aquí? El fotógrafo me dijo que ya hace media hora te mandó a cambiarte ¿estás bien?

—Si...yo... eh...

—¿Pasó algo o te puedo ayudar en algo, Adrien?

Eran sus creaciones y por mas que quiera matarme, también era la única que me podría ayudar a salir de esta vergonzosa situación.

—¿Adrien? Llamo a algui...

—¿Puedes entrar?

—¡¿Qué?!

—Es que sí necesito ayuda con la ropa.

Corrió la cortina y apenas me vió sus mejillas se pusieron totalmente rojas al igual que las mías—las mías más por vergüenza porque ¡tenía la camisa abierta al igual que la bragueta del pantalón!—, ella trató de desviar su mirada pero volvía a ver mi torso desnudo y luego subía a mi rostro.

—¿Y cu-cúal es el problema?

Le apunté con la mirada hacia abajo pero ella no logró captar eso. Frunció el entrecejo así que repetí mi acción.
Cuando bajó su mirada el tono rojo de sus mejillas se volvió más rojo aun—imposible lo sé pero yo lo noté—, cuando se dió cuenta del verdadero problema su mirada cambió de vergüenza a rabia.

Lᴏᴠᴇʀ Oғ Mɪɴᴇ  ❤︎Ladrien/ Adrinette [Semi AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora