Emilie

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Esa noche parecía que ella no tenía de irse y sin darnos cuenta comenzamos a hablar como grandes amigos o conocidos de años. Le platiqué sobre mi vida y todo lo que conllevaba portar el apellido Agreste.

Ella no podía contarme mucho por su identidad.

Estábamos sentados en el sofá de mi habitación casi una hora hablando y por primera vez en mucho tiempo, sentí que un gran peso se esfumaba de mis hombros.

—Se ven realmente tiernos juntos.—musitó viendo la pequeña fotografía en el guardapelo de mi madre—. Eras un niño realmente adorable.

—¿Era?

— ¿Sí?—reímos—. Ella era realmente hermosa y te pareces mucho a ella. En especial tus ojos.

—Me lo decían demasiado...Aunque mi primo también se parece a mí y a su madre que es la gemela de la mía.—vi su cara, era de confusión pura—. Entendiste ¿cierto?

—Creo que sí.—suspiró.

Un silencio nos envolvió. No unos incomodo, sino todo lo contrario.

—Gracias por escucharme, Ladybug.—susurré—. No era mi intención aburrirte o...

—No me aburres, Adrien.—tomó mi mano y sonrió—. Puedes contar conmigo para cualquier cosa. Fue grato hablar contigo.

—En serio gracias.—un nudo se empezó a formar en mi garganta al recordar a mi madre y nuestras charlas—. Es que solo mi madre era quien siempre me escuchaba, y desde que ella no está no he podido sacar todo esto que siento.

Las lágrimas empezaron a desbordar mis ojos, el dolor en mi pecho se sintió más intenso; pero todo ese dolor fue remplazado por una calidez que me envolvió en un instante.

Ella me rodeaba con sus brazos fuertemente. Yo correspondí a ese abrazo con la misma fuerza y fue increíble que por primera vez en tanto tiempo volviera a sentir esa paz que solo mi madre me transmitía.

Ahora estaba seguro de una cosa. Ella era la indicada y así tenga que luchar contra el mundo, yo la conquistaría.

Los minutos pasaban y seguíamos brindándonos calor, seguía escuchando los latidos de su corazón acelerado, percibía su aroma dulce y sentía como su mano acariciaba suavemente mi cabello.

—Todo va a estar bien.—susurraba en mi oído.

Estuvimos así unos minutos más hasta que el pitido de sus aretes nos hizo volver a la realidad.

Una donde ella era una heroína y yo un simple ciudadano. Una donde ella se debía marchar y yo dejarla ir.

—Puedes volver cuando desees, Ladybug.

Sonaba desesperado, lo sé, pero quería que volviera, que enserio lo tomara en cuenta.

—Lo haré.—sonrió—. Lo prometo.

Lanzó su yo-yo y salió por mi ventana.

Esa promesa me lleno de esperanzas, esa promesa me hizo feliz.

🐞🐞🐞

A veces pienso que fue mi madre quien nos unió. Quien te mandó en esos momentos cuando más te necesitaba y quien nos dió la oportunidad de aprovechar nuestro tiempo.

Porque a partir de ese momento, sería nuestro.




Holis!!!
Aquí otro capítulo esta pequeña historia ❤️
Ya nos leemos en dos dias.

Besitos
-LaChicaDeLaLluvia

Lᴏᴠᴇʀ Oғ Mɪɴᴇ  ❤︎Ladrien/ Adrinette [Semi AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora