Chapter Three

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CAPÍTULO TRES
❝ REENCUENTROS Y CONFESIONES ❞

El despacho estaba en silencio, Klaus se había ido para darles un poco de privacidad

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El despacho estaba en silencio, Klaus se había ido para darles un poco de privacidad. Elijah se había acercando un poco más a Jane sin dejar de mirarla detalladamente y con sorpresa.

—Jane.—Salió nuevamente de los labios del trajeado.

—Tanto tiempo sin vernos, ¿no?—Rió nerviosa pellizcando ligeramente la piel de su antebrazo con nerviosismo. Un tic más doloroso no pudo haber obtenido.

—Lamento si sueno descortés, ¿pero qué haces aquí en New Orleans?

Jane abrió la boca para hablar, pero nada salió de ella, ¿que le iba a decir? ¿Que estaba embarazada y tan pronto lo supiera tenía planeado salir huyendo? Sonaba absurdo y cobarde de su parte. Pero ella se había metido sola en este asunto así que debía arreglarlo como se debía.

—Han ocurrido muchas cosas desde la ultima vez que nos vimos.—Ladeó su cabeza.—Mi vida pareció arreglarse cuando tú llegaste a ella, por que por un momento vi las cosas claras y diferentes. Pero al otro segundo un nuevo problema llegó y necesitas saberlo.

—Me encantaría escucharlo ahora, por qué créeme que no estoy entendiendo nada de esto, Jane.

Jane sonrió, Elijah siempre la trató con delicadeza, con amabilidad, como todo un caballero. Y eso le daba un poco de paz interior pues tal vez razonaría de una buena forma y no la mataría en el intento o la echaría de su casa.

—Elijah, esto que te voy a decir es, que yo estoy...

Pero antes de poder terminar la frase una figura delgada con un poco de prisa entró al despacho. Jane al ver quien era soltó un jadeo de sorpresa.

—Oigan, acabó de regresar del pantano y creo que fue una buena idea pero...

Como ella lo había hecho, Jane la interrumpió llamándola por su nombre sin creer que después de tres años al fin la volvía a ver.

—¿Hayley?

—Jane.—Murmuró la híbrida sorprendida al ver a la azabache ahí.

—¿De donde se conocen?.—Interrogó el noble. La mujer que amaba y la mujer que había estado una noche se conocían, que mala suerte tenía.

—Jane es mi hermana.—Casi se atragantaba con su propia saliva.—Bueno, técnicamente hermanastra. Su familia fue con la última familia adoptiva que estuve hasta que...

—Huiste.—Completó Jane con un poco de dolor y disgusto.

—¿Huí? Yo nunca huí de tu casa, Jane, tus padres fueron los que me echaron de ahí cuando supieron lo que era.

WAR OF HEARTS, klaus mikaelson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora