Destino asegurado

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Lentamente se dirigió al teléfono del living para llamar a la policía, pero sintió que alguien tocaba la puerta. Una de las empleadas intentó acercarse para abrirla ya que era parte de su trabajo, pero él se adelanto y abrió la puerta.

- Mica... -dijo aun con su rosto preocupado.

- Quería hablar con vos, esto no puede quedarse así.

Él negó llorando dejando caer el teléfono inalambrico que tenia en manos mientras se tapaba la boca. Siempre hacia eso cuando estaba preocupado y Mica lo sabia perfectamente.

- ¿Que pasa? -preguntó calmándolo.

- Ella no, no puede ser.

- Veo que ya sabes todo.

- ¿como es posible? no tenia necesidad, realmente creí que era Lara -dijo llorando mientras Mica lo abrazaba.

- ¿No es Lara?

- La verdadera Lara esta muerta -dijo calmándose- no entiendo como es que mamá nunca lo supo.

- Llamaré a la policía -dijo Mica sacando su teléfono.

Kevin se dio la vuelta logrando ver a Lara desde las escaleras escuchado, ella apenas sintió la mirada de Kevin intentó escapar del lugar por una de las puertas de emergencia; pero uno de seguridad privada la había agarrado a tiempo intentando abrir la puerta con desesperación. 

- Te lo puedo explicar -dijo ella intentando escapar, aunque sus brazos estaban agarrados por el de seguridad.

- ¿Quien mierda sos? -preguntó Kevin acercándose a ella.

- ¡Soy Lara! -insistió con el falso nombre.

Kevin la miró con desagrado y le dio una cacheta dejando la mejilla de la chica colorada.

- Devolveme a mi hermana o te mato con mis propias manos -dijo él empujándola.

Micaela agarró a Kevin intentando calmarlo, aquella situación lo ponía muy nervioso.

A lo lejos se lograba escuchar la sirenas de las patrullas. Algunos policías armados entraron al lugar y esposaron a la chica, quien se negaba de ser culpable y que realmente era Lara; pero por mas que mentía ya nadie le creía. 

Cuando por fin se dio por vencida, confesó sus actos y quien era aquel hombre anónimo. No tuvieron que pasar tres horas para atraparlo y meterlo preso bajo custodia. Al parecer se animaba a robarle dinero a los ricos, pero no sabia esconderse como un buen ladrón.

La noticia había llegado a oídos de Thomas, quien estaba volviendo a Argentina por la horrible situación que estaba viviendo él y toda su familia. No podía dejar a su hijo mayor a cargo de todo.

A través de las palabras de Lara, oficiales de policía determinaron el posible paradero de la niña. Varios de ellos subieron a una patrulla de allanamiento para ir a buscarla.

- ¿Por qué hiciste todo esto? -preguntó Kevin.

- Porque a ustedes les sobra dinero -dijo casi llorando- a mi familia no le alcanza y por mas que trabajen por un sueldo mínimo, no tenemos nada.

- Hay otras formas.

- Se nos agotaron -dijo por lo bajo- vos no tenes idea de lo que es pasar hambre y frió en las calles, todo lo tuviste servido porque naciste en cuna de oro. Y lo peor es que no te importa ayudar, porque al igual que toda esta comunidad de mierda sos un egoísta. 

- Claro que me importa.

- ¿En serio? porque mirala a Mica, sabes perfectamente que esta pasando por una mala situación económica y de todas formas la despediste sabiendo que no siempre es fácil conseguir otros trabajos.

- Si fuese un egoísta te hubiese dejado en la calle, pero no, te traje acá y formaste parte de nuestra familia sin importar de donde venias -dijo Kevin- estoy seguro de que si nos hubieses dicho la verdad desde un principio hubiésemos ayudado con tu familia, pero preferiste jugar con un tema muy delicado.

El destino de la falsa Lara estaba asegurado: iría a un internado privado y saldría de allí cuando esta cumpla la mayoría de edad, para luego ir a prisión y cumplir la condena. La familia era consiente que había posibilidades de que la condena de ambos no sea cumplida del todo y sean liberados antes, pero como se trataba de una familia con recursos, seria cumplida del todo. Tuvieron que poner dinero para que el corrupto estado haga lo que tenia que hacer, y así fue.

Cuando el padre de Kevin llegó a la casa, Mica sintió que ya era momento de irse. Caminó hacia la puerta principal con intención de irse, pero Kevin la detuvo con su llamado.

- Perdón por todo lo que te hice -se disculpó el chico.

- Entiendo que fue una situación muy difícil, no fue tu culpa.

- Desconfiar y echarte si lo fue -dijo acercándose a ella- en ese momento estaba tan enojado y desesperado que no pensé en vos y en tu familia. Realmente lo siento.

- No pasa nada, fue un mal trago para todos...

- Mañana por la mañana voy a depositar quinientos mil pesos en la cuenta de tus padres para que puedan salir de esa crisis que están viviendo.

- Pero ese no es mi sueldo -dijo impresionada por la cantidad de dinero.

- Quiero que tu familia y vos estén bien -sonrió.

Micaela sin pensarlo mucho, lo abrazó fuertemente. aquel dinero podía sacar a su familia de las deudas por un largo tiempo, o por lo menos hasta que su padre consiga trabajo.

- Voy a ahorrar para devolverte el dinero, tal vez me tarde.

- No importa, en serio.

- ¿Por qué haces todo esto? 

- Porque te amo y quiero que mi persona favorita este bien -sonrió.

- Yo también te amo -dijo acercándose a él hasta besarlo.




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⏰ Última actualización: Jul 07, 2020 ⏰

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{Más Que Una Niñera} // KevshicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora