Cinco

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Mientras ordeñaba a la mañana siguiente, Lena utilizaba a sus vacas como público para todos los posibles saludos que podía usar al ver a Kara. Después de varios intentos, decidió dejarse llevar cuando llegara el momento, trato de convencerse de qué no estaba tan ansiosa como en realidad estaba, pero la verdad era que Kara se las había arreglado para alterar su vida, tentarla y encima lograr que todo aquello le gustara. Se le ponía la carne de gallina al recordar la sensación que le había causado su tacto. Tenía la sensación de que algo que estaba dormido dentro de ella se hubiera despertado. Pasó el mediodía y Kara todavía no habías dado señales de vida, Lena empezaba a sentirse incómoda con el modo en que aquella mujer empezaba a afectar su rutina. Había sido completamente feliz hasta aquel momento pero dudaba de que eso siguiera así una vez que ella se marchara, salió el jardín y se puso a remover la tierra con feroz energía, se hizo una nube de tierra que Krypto quiso evitar quitándose de en medio, su ama estaba otra vez con aquel estado de ánimo y no quería saber nada. Ya había destrozado parte del jardín cuando oyó un coche que se aproximaba, tuvo la tentación de peinarse con los dedos pero no lo hizo, consciente de qué sus manos no estaban en las mejores condiciones, se recordó asi misma que no tenía que estar siempre guapa, como antaño.

El coche entró en la pasarela y se detuvo.

Lena comenzó a lanzar semillas desenfrenadamente como si no supiera qué hacer con ellas. La puerta del coche y se cerró y se oyeron las pisadas sobre la gravilla. Kara estaba de espaldas al sol, y la rodeaba una aura de luz.

- Tienes tierra en la nariz - dijo Kara con una sonrisa.

Lena se tocó con los guantes sucios.

- Vaya, si eres tú. Había olvidado que vendrías.

Kara sonrió demostrando que no era fácil engañarla.

- Supongo que debería haber llamado antes, mi mala educación... Si quieres, me vuelvo a la ciudad y te llamo desde allí.

- Muy graciosa. Te merecerías que te dijera que lo hicieras - de pronto reparo en su atuendo - ¡Cielo santo! te has convertido en John Wayne.

- He decidido que tenía que cambiar de aspecto - dijo Kara - ¿Te gusta?

Lena se levantó y la miró de arriba abajo. Su aspecto de chica de California había desaparecido.

- Tú no eres Kara Danvers ¿quién eres tú y que le has hecho?

Kara sonrió.

- Mira - señaló una arruga en el pantalón - No está planchado, hace mucho calor hoy para llevar chaqueta pero quería que me vieras al completo, solo me falta el caballo.

- Lo siento, no tengo caballos - dijo Lena fascinada por lo bien que le sentaba su nuevo atuendo. Los jeans no dejaban nada a la imaginación y la camisa tampoco ¿Qué le pasaba a ella al ver su trasero que le hacía perder el sentido? tenía que admitir que despertaba todos sus instintos, claro que eso sólo lo admitiría para así.

- Bueno ¿qué piensas?

- Que pareces uno de nuestros vaqueros, sólo te falta la barriga de cerveza.

- Con la entrevista, no sé si me quedara tiempo para tanto.

La entrevista, aquella palabra logro enfriar el calor de la mirada de Lena, Durante un momento había olvidado que estaba solo por negocio quien realmente le interesaba no era Lena Luthor, si quería mantener su corazón intacto tendría que recordar eso.

El pasado de una mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora