Seis

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Lena había pasado ocho largos años fingiendo ser algo que realmente no era. Había posado tal como le habían dicho que lo hiciera, andaba de cierto modo, se vestía como la gente esperaba que hiciera. Había sido una invención de otros vestida y pintada para adecuarse al cliente que la contrataba. Nadie admiraba a la mujer que estaba detrás de la máscara, a nadie le interesaba conocerla... Pero Kara Danvers había logrado llegar hasta ella. Al principio como tantos otros, había buscado a Kieran Thorul, pero la mujer con la que se había encontrado había sido Lena Luthor, nada de aura ni glamour. A pesar de todo si no se equivocaba, le parecía que Kara prefería la realidad al mito. Todavía pisaba con precaución, pero cada vez resultaba más difícil negar lo que sentía, volvió la cabeza hacia Kara que conducía de vuelta al rancho, su perfil era casi perfecto. Lena sonrío.

- ¿Me he perdido de algo? - pregunto Kara con curiosidad.

- No - dijo Lena, aún sonriente - Estaba pensando en otra cosa.

Kara se aclaro la garganta

- ¿Por qué sigues mirándome así? me estás poniendo nerviosa.

Lena se encogió de hombros y volvió la vista hacia la carretera.

- ¿Quién hizo la regla de que las mujeres no pueden mirar fijamente? Serías una vaquera muy atractiva.

- Vamos, vamos no empieces otra vez.

- ¿Sabías que se te ponen las orejas rojas cuando te avergüenzas de algo? - soltó una carcajada echando la cabeza hacia atrás.

Kara protestó.

- Lo siento - dijo Lena, riéndose aún.

Lena apoyó la cabeza en el asiento y pensó que aquella había sido una tarde absolutamente maravillosa, a pesar del estado de excitación que le provocaba aquel desmesurado deseo, le parecía extraño aquel vínculo que se había creado con otro ser humano. Se había pasado demasiado tiempo aislándose precisamente de eso.

Se preguntó si debía invitarla a cenar, no quería parecer insistente pero tampoco quería decirle adiós. Sentía una euforia desconocida intoxicante pero debía de tirarla por la ventana, era mucho más interesante sentarse, relajarse y esperar a lo que ocurriera. Y lo que ocurrió inmediatamente después resultó una sorpresa para ambas. Kara tomó el camino que conducía hasta la casa, decidida a no resulta pesada, había hecho bastantes progresos en su relación con ella y no quería estropearlo, era muy importante hacer las cosas bien pues jamás había sentido semejante fascinación por ninguna mujer, si presionaba demasiado tal vez podría asustarla, todo cuanto había dicho Lena le resultaba importante.

- ¿Qué vas a hacer esta noche? - pregunto Kara, sin conseguir un tono casual - ¿Tienes planes?

- Sabes lo que hago cada noche: trabajar - < Debería invitarla a cenar esta noche >

- Me lo he pasado muy bien hoy. Odio ver que se aproxima el final.

- Yo también - dijo Lena y luego la miro a los ojos - No te he dado las gracias por el picnic, te has molestado tanto por...

Se detuvo de golpe y miró el auto que estaba aparcado delante de su casa.

- Mi madre - dijo Lena.

Kara la miro perpleja, preguntándose qué era lo que se había perdido.

- ¿Tu madre? ¿Crees que he hecho todo eso por tu madre?

- No. Quiero decir que mi madre... - Lena tragó saliva y señaló a la mujer que saludaba animadamente desde el porche - Esa es mi madre.

El pasado de una mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora