«También me gusta él»

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Nuevamente Earth se asomaba por el café donde Kao trabaja. Llevaba un bolso de tela jean al hombro y un short que llegaba a la mitad de los bíceps. Serían las ocho de la noche y Kao por fin terminaría su turno. Earth movía repetidamente su zapato, haciendo girar la punta blanca de manera suave contra el pavimento. Dos sombras se asomaban levemente por el umbral del local, una alta y otra bastante pequeña.

Eran Ohm y Flukie. El menor venía restregándose en el brazo del otro mientras sonreía de oreja a oreja. Su sonrisa venía acompañando a la de su marido, o por lo menos así se refería a Ohm de vez en cuando.

—Gracias Phi Ohm —decía mientras lo miraba con sus ojos grandes. Alcanzó la mejilla del otro parándose en puntillas para darle un beso—, en serio gracias. No me esperaba esto.

Ohm sonreía marcando sus pómulos, aclaró la garganta y dijo:

—De nada, amor. Lo hice con todo gusto. Ven, te llevaré a casa. Tu mamá se preocupara si llegas tarde y nos castigará con no dejándote salir.

Los dos caminaron por el largo trecho acompañados de las luces blancas que despedían los largueros sembrados en el piso. El pequeño Earth los vio desde lejos, se escondió para no toparse con los tortolos. Se asomó a la entrada de vidrio del pequeño café. Vio unos globos blancos que flotaban dispersos por el techo del local. Los acompañaba un listón amarillo semi enrollado que remataban con un pequeño corazón rojo hecho de cartulina. «Te amo», decía cada corazón.

Earth estaba perdido en cada globo, recordó levemente a Jay, solía hacer eso. Sorprender al hombrecillo y jurarle mil amores para dos mil vidas. Jurar que envejecerían juntos.

—¿Earth? —dijo Kao desde la barra.

—Hola Phi —contestó despertando del trance—, veo que te las has pasado bien.

—Fue una sorpresa de Ohm para Fluke. Estoy a punto de cerrar, ¿quieres algo? Yo invito.

—¿Estas solo? —preguntó cuándo veía a los lados para buscar a alguien más.

(¿Tramará algo?)

—Sí, los meseros se han ido ya. Estoy limpiando aquí, lavaré la cafetera y nos podemos ir si quieres.

—Te espero entonces...

Kao entró al reducido cuarto contiguo a la barra. Earth se distrajo unos momentos con los globos, los bajaba y los dejaba libres para que rebotaban en el tecno blanco. Su pensamiento se nubló con la imagen matutina. Kao con Title. Se besaban, lo dejaban atrás. Lo excluían, ¿eso era bueno? Estaba decidido, Earth iría por Kao. Title podía esperar, ¿no? ¿Quizá? Tomó una decisión, fue por Kao al pequeño cuarto. Lo vio fregar algunos utensilios, admiraba su espalda ancha. Caminó paso a paso, pensando lo que sucedería si daba alguno en falso y lo estropeara todo.

—Phi Kao —dijo. Kao volteó levemente.

—¿Si? —contestó.

Earth abrazó la cintura de su mayor desde atrás.

—Me gustas. —El pequeño se acurrucó, apretando levemente al otro.

—Lo sé..., tú también me gustas... ¿Solo eso tienes que decirme?

La respuesta del otro lo asombró un poco. Nuevamente recordaba poco a poco lo que vio en la mañana. Quería decir lo de la cámara tomando fotos y —en cierta parte— lo de Title.

—Tengo dos cosas más que decirte —tragó saliva y pensó muy bien lo que diría, quería ser sincero con sus sentimientos—, la primera es —pausó un momento, ¿en serio lo diría? Tal vez así no perdería a Kao—: también me gusta Title, perdón.

¿Podre dividir mi corazón en dos?Where stories live. Discover now