Title+Earth = Kao+Earth

116 19 10
                                    

 —¡Hola Phi!—Se leyó un mensaje en el celular del hombrecillo—. ¿A qué hora paso por ti mañana?

—¡Hola!— contestó dudosamente—. ¿Cómo has conseguido mi número?

—Estaba en tu libreta. Quería saberlo por si no te encontraba.

—¿Puedes venir a las 10? Mi madre saldrá mañana por la mañana y no me gusta quedarme solo mucho tiempo. Por cierto, nunca me dijiste como te llamabas

—Llámame Title. Estaré en tu casa a esa hora.

—¿Cómo sabes mi dirección?

—Estaba en la libreta. Te veo mañana. Descansa.

Earth se tiró a la cama para indagar un poco más de ese chico. Buscando encontró el Instagram de aquel que vería la mañana siguiente. Le pareció bastante atractivo. Era delgado y marcado. Su piel lucía cuidada al igual que su cabello. Parecía ser una buena persona y eso era bueno, ¿no? Realmente quería conocerlo, tal vez al inicio no fue de lo más agradable para él pero un pequeño deseo le incitaba a seguir confiando. Aunque trataría de salir de él antes de las tres de la tarde, hora en la que se viera con Kao. Podían salir muchas cosas mal pero quería arriesgarse a eso. Quería tratar de explorar los sentimientos de aquellos muchachos que le habían robado el sueño en las noches pasadas. Se recordaba de ese pensamiento antiguo: «Y si pudiera estar con los dos ¿lo haría?» Ese pensamiento lo había atormentado por algún tiempo, no creía que las relaciones fueran más de dos personas pero, ¿Cómo sabes si no te gusta cuando no lo has probado?

La mañana siguiente llegó lenta, como si la noche hubiera durado cien horas y cada hora cien minutos. Earth se levantó para comer con su madre, ese día la señora tendría un día muy ocupado —tal vez igual que su hijo—. Earth había preparado el desayuno preferido de su madre, un omelet de jamón y huevo.

—Tal vez lo tuyo era la cocina y no hacer planuchos— dijo la señora que ahora vestía un elegante vestido de dos piezas y tacones altos.

—La cocina es un hobby, y no son planuchos mamá. Eso es más difícil que llevar numeritos para empresas, ¿no?

—Golpe un poco bajo para tu madre, pero está bien—dijo con sarcasmo—. ¿Qué harás hoy querido?

—Iré... iré con unos amigos a hacer compras.

—¡Ok! ¿Irá Sammy? ¿O Fluke?

—Sammy, ella será la indicada el día de hoy.

—Que te diviertas entonces, no regresas tarde querido, ya sabes que me preocupo. — La señora agarró su cartera y dio a su pequeño hijo unos billetes—. Ten, para que te diviertas.

—Gracias mamá. No tenías que hacerlo pero... gracias.

—Es simplemente porque te quiero. Nos vemos en la noche querido.

La mamá levantó los platos para ponerlos en lavabo. Abandonó la casa como cualquier día en la mañana. Iría a trabajar en la empresa que ella había fundado hace tantos años. Después, iría a pasar el tiempo con alguna amiga y hablaría de los buenos esposos que serían sus clientes más ricachones.

Llegaría las diez de la mañana a lo que Earth ya se habría preparado. Una camisa blanca oversize, con pantalones de mezclilla negros a juego con sus zapatos. Se habría maquillado con lo poco que quedaba. Para rematar con todo su outfit se habría puesto un labial un tanto rosa con un aroma dulce. Se miró al espejo para admirar el excelente estilo que había escogido—él podría jurar que esos pantalones lo hacían ver más delgado y que levantaba un poco más su trasero.

¿Podre dividir mi corazón en dos?Where stories live. Discover now