Fin

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Klai

En la mañana de ese mismo día el viejo director del ministerio recibía el segundo informe de su agente encargado, Robb. Robb un sargento militar que ahora es también policía. Es el candidato perfecto para tomar el lugar de Klai cuando este se retire, en un par de meses si mucho. Ahora Robb gasta su tiempo en la búsqueda e investigación de dos presuntos cómplices, lo cuales se unirían para llevar a cabo el asesinato de Delia O'Donis. Lastimosamente Robb no cumpliría su misión a tiempo. Kaobanh y Tongnam están metidos en tantos problemas que es casi imposible desenmarañar tantos líos en los pocos días que le quedan de vida a la pobre Delia... y a su hijo.

—El viejo Kaobanh tenía una orden de investigación por varios actos fraudulentos con su firma de abogados. Han desaparecido algunas enemistades de sus clientes. —Robb se inclinaba hacia adelante y apoyaba sus codos en el escritorio viejo de Klai—. Me han contado que tiene contactos con un cartel de droga al sur, también su nombre figura entre los defensores de Bonsuit.

—¿Bonsuit? ¿El pedófilo Bonsuit? —contestó Klai perplejo.

—Sí, él. Lo defendió hasta donde pudo. Únicamente logró reducir su sentencia. No le dieron cadena perpetua porque nunca encontraron los cuerpos de los niños. Kaobanh es un hombre peligroso que seguramente se codea con las personas más nefastas de toda Tailandia.

—Creo que de toda Asia. Hace unos años iniciamos una investigación, se detuvo meses después por órdenes desde arriba. Aun así logramos esto... —El vejete se agachó tan rápido cono su cadera se lo permitió. Abrió la última gaveta del escritorio y sacó una carpeta negra con el nombre Kaobanh escrito en cinta tape—. En china lo conocen como Mark Scott, en Corea del Sur como Lun Kim y por último en Estados Unidos lo conocen como Frank Markson. Es un festín de delitos este hombre. Lo había olvidado.

—¿Por qué no lo arrestaron?

Klai soltó un gran suspiro, se pasó la mano por la melena blanca y dijo:

—Falta de pruebas. Supongo que esto no era suficiente. ¿Puedes seguir con esto?

—Sí, señor. Por cierto, uno de los empleados del señor, cualquiera que sea su nombre, decidió hablar.

—¿Quién? ¿Cómo?

—Se llama Becam. Estaba en los registros como principal sospechoso de la muerte de Eliot Van. Su búsqueda también fue suspendida desde arriba.

—Eliot Van, ¿El mismo que murió en la carretera?

Robb pasaba las hojas de la carpeta de un lado a otro,

¿Podrá este imbécil tener algo que ver con las demás desapariciones? Por lo que dijo Becam podría ser cómplice de cualquier delito de Tailandia en los últimos veinte años. Pensó Robb.

—¿Qué te dijo ese tal Becam? —preguntó Klai atajando el momento de silencio que se provocó.

—Becam Yi, por lo que sé, él nunca cambió de trabajo. Desde hace quince años trabaja para Kaobanh, desde que salió la universidad. Es como su mano derecha, supongo que cantó para que su pasantía en la cárcel no sea tan larga. Dice tener algunas llamadas grabadas, documentos y algunas otra cosas.

—Entra en su casa, detenlo.

—No puedo sin una orden...

—Yo la sacaré, no importa lo que cueste. Aunque sea falsa, yo me haré responsable —interrumpió.

¿Podre dividir mi corazón en dos?Where stories live. Discover now