CAP XV

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Sólo podía escuchar el ruido de su corazón y notar el aire congelarse en sus pulmones. Estaba actuado sin pensar y joder, que bien que sentía al dejar la mente en blanco y tenerla así de cerca.

Lástima que ella se separase antes de lo que él hubiese querido. El choque de sus labios había provocado una explosión en su interior.

Sin embargo ella se quedó callada, mirándole fijamente mientras buscaba algún tipo de respuesta a la incógnita que acababa de crearle con ese acto.

“Perdona. No te he preguntado si podía besarte.” Se disculpó él ruborizado al notar que podía haberla incomodado. “He actuado sin pensar. Estar tan cerca el uno del otro estos días, me ha hecho darme cuenta que me gustas un montón.” Se declaró sin pensar mienta se rascaba la nuca.

¿Por qué estaba diciendo y haciendo algo con unas consecuencias tan cruciales? Kudo, reacciona. Esa regresión acabaría en cuanto atrapase al asesino y lo único que estaba haciendo era crear más problemas para su futuro.

Pero que futuro tan tentador el de ese problema…

“¿Eres tonto?” Le preguntó cómo habitualmente hacía, con las mejillas sonrojadas a causa de ese acto inesperado. “Esas cosas no se preguntan.” Le contestó acercándose a su rostro y besándole de vuelta a la vez que rodeaba su cuello.

Besarla, era una sensación que no se podía describir.

Cuando se separaron se sentaron uno al lado del otro para poder compartir el calor de la estufa y Shiho preparó otro té al ver la fría noche que le esperaba.

“Kudo, quédate aquí esta noche.” Le pidió la pelirroja directamente.

“¡¿Qué?!” Preguntó con las mejillas completamente rojas y la cara llena de sorpresa.

“¡No es eso!” Le contestó ella lanzándole un vaso de plástico vacío. “Es que, aunque al final no pasó nada, alguien vino anoche.” Le dijo cambiando el tono a uno preocupado.

Shinichi abrió los ojos al escuchar esas palabras y puso toda su atención a lo que explicaba su compañera. “¿Crees que podría tratarse de un guardia de seguridad o un conserje del instituto? No estamos lejos del instituto.” Le preguntó a la vez que empezaba a poner a funcionar su cabeza y apoyaba los dedos en la barbilla.

“No me dio esa sensación, pero no puedo descartártelo.” Le dijo confusa e intranquila. “No le vi, pero puedo decir que se trataba de un adulto. Le dio una patada a unas cajas con rabia, cómo si estuviese enfadado o molesto por algo.” Le explicó al recordar mientras le señalaba las cajas abolladas que había pateado.

El detective cogió una de las cajas y sacó sus llaves para abrir las cajas con más facilidad, desplegó las solapas y desveló el contenido del interior. Una linterna, cuerdas, guantes, botas,…Todo lo necesario para poder cometer un secuestro o algo por el estilo.

La había metido en la boca del lobo.
No podía dejarla ahí.

“¿Qué es todo eso?” Preguntó ella sin entender sus reacciones. “¿Qué pasa?” Volvió a preguntar al ver su reacción.

“Tenemos que irnos de aquí.” Le dijo un poco serio mientras intentaba guardar las cosas tal y cómo estaban para no levantar sospechas.

“¿Qué dices?” Preguntó ella más confusa. “¿Acaso tienes un plan B o algo por el estilo?” Le preguntó cruzando los brazos.

Kudo le guiñó un ojo y dejó la caja en su lugar. “Lo tengo.”

Lo más importante en ese momento, era alejar a Shiho de la oleada de asesinatos…aunque sea a la fuerza. Los asistentes sociales ya se han puesto en marcha y nuestras acciones ya están cambiando el futuro.
Seguro que lo conseguimos.

Bajo la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora