CAP XXIV

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"No puedes hacer nada para salvar tu vida. Sin embargo, está en tu mano salvar la de Hideo."

"Aunque hable, ¿Qué garantía tengo de que salvarás a Hideo?" Reprochó.

"Naturalmente, no hay ninguna garantía. Pero existe una posibilidad." Dijo dándole la espalda para contemplar las gotas de lluvia. "Si no hablaras, no tan siquiera existiría esa posibilidad." Dijo con ambas manos en sus bolsillos.

Kudo frunció aún más el ceño y agachó la mirada en busca de una solución a todo eso.

"Qué lástima." Dijo el adulto mirando su reloj de muñeca. "Se nos acaba el tiempo. Fue una apuesta de todo o nada por mi parte. Pero en el fondo, esto no tiene ningún sentido. Fue cosa del azar. Lo que dijiste acerca de que conocías mi futuro no fue más que un farol." Se volteó de nuevo para ponerse detrás de la silla de ruedas. "Puedes irte tranquilo. Le mandaré unas ultimas palabras a tu madre y a la señorita Miyano. Es una lástima. Esa chica tan guapa te ha esperado todo este tiempo para nada."

Shinichi se sentía impotente mientras recordaba a su madre y aquella chica tan especial para él. Le habían ayudado tanto durante todo este ultimo tiempo...

"La vida está llena de algo que a ti te falta." Empezó a decirle Kudo tranquilamente.

"Eso fue precisamente lo que dije cuando comencé a dar clases en secundaria." Dijo Yashiro apartando la vista del móvil.

"El día que Shiho se marchó de casa de su tía, vi tu cara de perfil en medio de la nieve. Por algún motivo, esa imagen se me quedó grabada en la cabeza. Mi padre, apenas pasa un mes al año con nosotros y apenas se gran cosa de él. Pero en aquel preciso instante, tú fuiste mi padre. Tú llenaste ese vacío." Le confesó por primera vez.

"Yo también he esperado diez años a que despertaras, Kudo." Dijo poniéndose a su altura. "Después de que te quedaras dormido, por algún motivo, perdí ese impulso que siempre me había definido." Le explicó volviendo a erigirse para mirar al frente.

Parecía que había dejado de diluviar y las nubes grisáceas empezaban a dispersarse poco a poco sobre sus cabezas, rompiendo esa oscuridad que se había creado para dejar camino a los rayos que ahora secaban las gotas del suelo.

"Ha pasado mucho tiempo. Pero..."

"...Ahora no estás solo." Contestó Kudo observándole de reojo. "Al final, ¿Cómo acabarán las cosas entre nosotros?" Preguntó separándose de su lado hacia el centro de la azotea. "¿La policía te atrapará?¿Conseguirás matarme?" Frenó justo en el centro.

"Esto ya ha acabado." Contestó Yashiro convencido, aún quieto en el mimo lugar.

"Puede." Dijo poco preocupado mientras alzaba la cabeza al cielo. Después de todos esos años durmiendo, su cuerpo agradecía la cálida luz que recibía. Cerró los ojos para absorberlos mejor. "Y creo que he ganado."

"¿Eh?"

"Los he salvado digas la que digas. A Shiho y a los demás. Incluido Hattori, que lo asesinaste en un futuro." Le explicó tranquilo. Con eso ya se sentía ganador.

"¿Hattori?¿Lo asesiné en un futuro?" Repitió su frase sin entender. "Kudo, ¿Se puede saber qué...?"

"He conseguido arruinar todos tus planes porque conocía tu futuro." Le confesó. "Eso es todo." Contestó mientras daba la vuelta para volver a dirigirse a la puerta. "Por eso he podido protegerlos. Por eso no has podido matar a nadie que tuviera alguna conexión conmigo. Incluido yo mismo..."

"Kudo, podría haberte matado cuando hubiera querido. Y aún puedo hacerlo." Dijo entre dientes.

"Lo comprendo. Pero me has dejado vivir...durante diez años. Y todo porque tú me necesitabas. Yo era tu razón para vivir. Yo era tu esperanza. Yo llenaba ese vacío en tu corazón."

Bajo la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora