¿Qué es la vida?
¿Es acaso un viaje, una carrera o solo momentos que simplemente deben ser vividos?
—¡Kira, baja rápido o se te hará tarde en tu primer día de clases!— gritó mi madre desde la cocina.
Apresurada bajé las escaleras hasta llegar al comedor. Mi madre yacía recostada de una de las paredes.
— Hija, por favor empieza a ser más responsable, recuerda que estamos comenzando de nuevo— repitió una vez más. Desde que llegamos aquí era lo único que escuchaba de su parte.
— Lo sé, mamá, solo debo acostumbrarme un poco más a este nuevo lugar— dije mientras tomaba asiento—. Por cierto, después de clases iré al bosque, así que llegaré un poco tarde.
La miré esperando su respuesta, pestañeó varias veces para luego asentir. Parecía sorprendida de que hubiese querido explorar nuestros alrededores.
Comí mi desayuno más rápido de lo habitual. Quería llegar temprano al colegio, quería adaptarme a mi nueva vida. Al terminar busqué mi mochila y entré todas mis pertenencias.
Salí de casa y me dirigí a la parada de autobús. Cuando llegó subí de inmediato y busqué un asiento cerca de la ventana, saqué mi teléfono y me coloqué mis auriculares para escuchar algo de música.
Mientras miraba hacia afuera, observé a un chico que caminaba solo y muy tranquilo, no sé porqué algo me hizo sentir que algo no estaba bien con él. Alejé la mirada y no le presté mucha atención.
***
Al llegar al nuevo colegio me quedé confundida:
— No esperé que fuera tan grande— dije para mí misma.
En comparación a mi antiguo colegio este le daba tres patadas.
Salí de mi embobamiento y empecé a buscar mi salón de clases, estuve un buen tiempo caminando e intentando que alguien me indicara, hasta que por fin un maestro me tuvo compasión.
— Eres nueva, ¿cierto?—preguntó amablemente.
— Sí, es que no logro encontrar el salón 10-A— respondí sonrojandome un poco.
— Tranquila, no tienes porqué avergonzarte, a todos le ha pasado. Solo debes subir las escaleras del siguiente módulo y dirigirte a la primera aula.
— Muchas gracias— respondí con una pequeña sonrisa.
Tomé sus indicaciones hasta llegar a lo que sería mi nuevo grupo de aula. La clase ya había empezado, así que toqué la puerta un tanto apenada.
— La alumna nueva, supongo— comentó el maestro mirándome fijamente.
— Exacto.
— Pasa adelante y toma asiento.
Cuando entré sentí las miradas de todos observándome. Pude ver cómo todos ellos ya tenían su grupo de amigos ya establecidos, así que busqué un asiento y agradecí que a la par se encontrara una chica.
A pesar de estar sentada, deduje que era de estatura pequeña. Además, me atrajo su cabello largo.
— Me gusta mucho tu cabello— comentó la chica, tomándome por sorpresa.
— Gracias— respondí un poco nerviosa.
Todo estuvo muy bien. Comencé a hablar con la chica, era muy linda y simpática, me gustaba mucho su actitud; siempre se la pasaba sonriendo.
Todo se complicó cuando estábamos en la cafetería, habíamos comprado unas granitas y dos chicas de nuestras clases se acercaron y nos las tiraron.
Yo, muy enfurecida tomé sus comidas, las observé por un momento y luego las boté a la basura. Hice todo aquello mirando a las chicas fijamente.
— ¡¿Eres idiota?! — espetó una de las chicas con desprecio.
— No, pero ese papel les queda muy bien a ustedes, ¿no?— respondí con mucha seguridad.
Todos los que estaban en el lugar se rieron a carcajadas avergonzando a las otras dos. Luego de eso, mi compañera y yo regresamos al aula.
***
Cuando las clases estaban terminando me despedí de mi nueva compañera, pero no sin antes pedir su número. Luego de eso salí apresurada hacia el bosque, me puse mis audífonos y caminé tranquilamente.
Me dirigí por un pequeño sendero, y aunque el ambiente se sentía algo hostil seguí caminando con confianza. Al final del camino habían unos pequeños kioscos de madera y ahí fue donde me senté y saqué mi cuaderno para empezar a dibujar.
Después de un largo tiempo mi teléfono avisó con querer apagarse e igual se hacía tarde y la noche empezaba a caer. Así que recogí mis cosas para volver a casa.
Iba desprevenida cuando en ese momento me caí a un lado del sendero.
— ¡Mierda! — exclamé enfadada.
— ¿Estás perdida? — cuestionó una voz a mis espaldas.
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Hamillton Hill
Teen FictionKira es una chica de 17 años quien llega a un pequeño pueblo al Norte de Massachusetts junto con su madre donde se guarda un gran secreto de su familia y el pueblo