〘𝚆𝚎𝚒𝚛𝚍𝚘║𝙻𝚞𝚣𝚒𝚝𝚘〙

◦ 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚎 ◦

  『Capítulo Nueve』

  『¿Que haremos?』

Toda la familia Fernandez a excepción del desaparecido Manuel Fernandez estaba pensando que iban a hacer con ese chico que se había escapado de la casa. Su padre estaba nervioso, si en su trabajo se enteraban de que tenía un hijo al cual ni siquiera en el gobierno tenían registrado, sería despedido, y si se enteraban de los maltratos podría asegurarse un tiempo en prisión.

—Estamos arruinados, ¿a donde coño se habrá ido ese hijo de puta?

—Ni a si valoras a tu hijo, Víctor. ¡Se fue por nuestra culpa!—se quejó la mujer mirando a su esposo con descaro.—Por la tuya, por la mía y por la de ellas.—señaló a Scarlet y a Lizabeth.—Y apenas me vengo enterando de que tu maldito amigo se lo violo cuando era un niño, ¡estás enfermo, Víctor!

—¡No fue nada, Samantha! Era un crío, ni se debe de acordar.

—¿Eres tonto o que, padre?—dijo Scarlet.—¿cómo es posible que trabajes de detective persiguiendo a un supuesto criminal?

—Cálmate, Samuel De Luque es un criminal, uno de los más peligrosos, dirige toda una empresa criminal con sus perritos falderos siguiéndole.—dijo Víctor Fernandez molesto, esa investigación era la más pesada ya que Samuel superó sus expectativas y solo hacía que Fernandez se persiguiera la cola.—Pero eso no es lo importante, no podemos ponerlo en carteles de búsqueda ya que si no hay registros nos caerá una buena, y aparte no tenemos fotos de él. Lo tendremos que buscar por nosotros mismos, lo siento.

—Por mi hijo todo.—dijo su madre levantándose de la mesa y yendo a por su abrigo. Se arrepentía de mil cosas y una de ellas era como había tratado a Lolito. Ahora quería reconciliarse con él cueste lo que cueste.

Ese día fue hermoso para Lolito, él paseando por la calle con las personas que Samuel le había presentado. Además de perder unos billetes perdió la inocencia. Bueno, ni tanto pero algo era algo. Después de un largo shopping time de Alex y Lolito buscando que ponerse y la nostalgia de cuando Alex lo llevó a su tienda favorita, la Boutique de su madre. Todos esos modelos de vestido el se los había probado. También los pantalones y camisas, sacos y más. Conocía cada una de esa ropa.

—Es mi diseñadora favorita, Samantha Fernandez siempre se luce con sus proyectos. Ella me hace mis trajes y toda la cosa.—le comento Lely a Loli.—Tu, Loli, podrías ser familiar perfecto de ella, solo que ella no tiene hijos, solo tiene dos hijas muy maleducadas por cierto.

—Ya...

Los dos chicos comenzaron a comprar ropa para la cena de De Luque. Lolito se debatía entre uno de sus vestidos favoritos o un traje de color amarillo y negro.  Al final se decidió por el traje.

—¡Perdóname, Luzu, solo que se me olvidó el abrigo que me prestaste en el bar!—dijo alguien entrando al bar donde estaba Víctor Fernandez bebiendo y desahogándose, su esposa e hijas lo odiaban, no había avances en su investigación de De Luque y lo peor es que estaba bebiendo en el bar de su enemigo. Y cuando escucho esa voz fue una luz en su amarga noche.—Que Vegettita ya se ha ido y no tengo las llaves.

¿Vegettita? Se preguntaba Víctor, acaso su hijo estaba con la persona que más odiaba. Se colocó su capucha para que su hijo no lo notase. Aunque sus cabellos cafés eran desapercibidos entre la multitud.

—¿Señor, esta bien?—pregunto una mesera con su libreta en mano.—¿A quien ve?—volteo a ver a donde el señor Fernandez observaba.—Oh, Lolito Fernandez, un amor, solo que es muy menor para usted.

El mayor soltó una risa, quería decirle a la muchacha que no le veía nada a ese niñato que solo era su hijo. Mi hijo pensó, había perdido la oportunidad de pasar tiempo con el. Pero ahora solo le preocupa que su hijo se metiera a los negocios ilícitos de De Luque.