『Capítulo Cuatro』『Borja Luzuriaga parece que odia a todo el mundo』
Samuel se levantó a donde estaban ambos jóvenes con dos copas de champaña. Le entrego una a cada uno mirando al mayor con decepción: ¿como se atrevía a hablarle así a Manuel Fernández?
Fernández
¿En donde había oído ese apellido antes? Estaba seguro que lo había escuchado por ahí, en algún lugar de la ciudad, o él lo había mencionado a sus hombres. Quien supiera en ese momento. Pero a quien le importará. Ruben parecía leer sus pensamientos y alzó los hombros negando con la cabeza. El también había escuchado el apellido. No una, ni dos veces, muchas veces.
—Por los dioses, Luzu, tu encargo será cuidar a....—miro a Manuel con curiosidad.—¿Como te suelen decir, muchacho?
—Lolito, señor...—respondió Manuel.
—Luzu, tu eres el encargado de cuidar a Lolito.—miro a ambos chicos.—Lolito, te quedarás en su casa.
—¡Pero, Samuel! ¡Esa es MI casa!—grito Borja mirando a Lolito con una ceja levantada.
—Si, es TU casa, pero te recuerdo que gracias a mi la tienes, ¿eh?
—Me llevas cantando eso desde hace años...—dijo seco el señor Luzuriaga.
—Ajá, pero este asunto es más importante que cualquiera que te eh estado cantando. Quiero que cuides a Lolito,—miro al chico de los cabellos naranjas pálido.—¿está bien que te llame así?—mas relajado, el joven de los ojos verdes asintió con una sonrisa, le encantó que cualquier movimiento que daba su cabello se movía pareciendo una lluvia de fuego.—Es una tarea que sólo tú puedes hacer.
—Tu lo puedes hacer, Mangel lo puede hacer, ¡todos menos yo!
—Si no lo haces, juro que te descontare la mitad de tu sueldo. Y sabes que yo no me ando con rodeos, ¿eh, Luzu?
Se lo pensó por segundos que fueron eternos, lo que él buscaba era privilegios y cuidando a un chico no se los iba a traer a menos de que Borja se los ofreciera. Odiaba a Rubén que solo se quedaba mirándolo, odiaba a Samuel que le obligaba a cuidar a un niñato-adolescente y también odiaba a Manuel Fernández por haber llegado a ese bar pudiendo elegir otro.
—Ya que, ¿me queda más opción?—acepto Luzuriaga entre dientes.
—¿Vas bien o quieres que te envíe un chofer?
—Voy bien, si me tengo que morir que sea ahora.—se quejo poniendo los ojos en blanco.—Andando, Manuel.
—Puedes decirme Loli-
—Lolito, no servirá de nada, el es así.
Luzu rodó los ojos avanzando a la puerta para salir de esa situación de una vez. Miro a Manuel lentamente.
—Andando, Fernández.—dijo Luzuriaga mirando seriamente a todos.
—Síguelo, cualquier cosa márcame.—ordeno Samuel dándole una tarjeta y cuando la tomo le guiño un ojo. Pensó que podía tener algo con Rubén pero al parecer aún seguía soltero, o tal vez era un hombreriego. Cuando llegara a casa de Borja le pediría un diccionario para ver si esa palabra existiera.
Camino detrás de Luzuriaga. Veía cada uno de sus movimientos, al parecer el chico no estaba en sus mejores momentos, parecía un buen muchacho pero las apariencias engañan y él lo sabía. No era estúpido, sólo tenía que descubrir ese nuevo mundo al cual apenas exploraba.
—¡Hey! ¿Vas a subir o que, Fernández?—gruño Luzu abriendo la puerta de copiloto.
—¿Tengo otra alternativa?—preguntó igual de serio, si el mayor se portaba así con el, el no dudaría en también portarse seco.
—Lamentablemente no, pero agradece que te metiste en el lugar adecuado.—dijo intentando parecer más alegre pero sólo pareció más apático.—Ya sabes, pudiste meterte en lugares incorrectos, ¿eres de Karmaland?
—¿Me vas a interrogar?—preguntó Lolito haciéndose el indiferente.
—Seguridad más que nada.
Lolito aceptó a cambio de que el también pudiera hacerle preguntas. Era lo justo, pero ni uno de los dos hablaron de más, sólo lo que el otro le preguntaba. Nombre completo, edad... datos básicos, no se metieron en la vida del otro, no le interesaba a ni uno de los dos.
Cuando llegaron, vio que el menor estaba profundamente dormido. Estaba a nada de dejarlo encerrado en el coche hasta el amanecer o hasta que la policía llegase a su puerta pero no. Movió a Lolito un poco, lo suficiente para despertarlo.
—Venga, despierta, Lolito.
—Ya estoy despierto, Luzu...—murmuro por lo bajo, se avergonzaba de haberse dormido en el vehículo de un medio desconocido.
—Señor Luzuriaga o Borja, ya hemos hablado de eso, Lolito.
—Entonces no me vengas y me digas Lolito, dime Manuel o señor Fernández.
Luzu abrió la boca para responder pero ni una palabra salió de su boca, solo pensó en cómo ese chico que en un inicio parecía un ángel inocente se convertía en un diablillo.
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〘𝚆𝚎𝚒𝚛𝚍𝚘║𝙻𝚞𝚣𝚒𝚝𝚘〙
Fanfic"Quien sea quien te llame 'Bicho Raro' le plantare cara." Lolito se empezó a sentir mal respecto a muchas cosas que le pasaban en la vida. Por lo que decidió intentar escapar con éxito. ¿Ahora a donde ir? Conocía a unos cuantos chicos, pero ellos lo...