Plateado ·HyunMin· [M-preg] ¡¡EN PAUSA!!

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No era común ver tanta nieve por las estrechas calles, por lo general en época invernal las temperaturas bajan varios grados bajo cero, pero nunca nevaba a gran escala. SeungMin incluso se atrevía a decir que era la primera vez que veía caer tantos copos blancos en un periodo tan corto de tiempo.

SeungMin había salido al mercado sin saber de la tormenta que estaba por venir, en busca de carbón o madera seca para calentar su pequeño hogar.

Dirigiéndose así al centro de la ciudad, ahí donde el mercado era abarrotado por otros Rojos intentando conseguir un par de alimentos para sus familias, o como su caso algo con lo que calentar sus miserables hogares.

Un chico lo detuvo justo antes de entrar en aquel mar de gente.

— ¿Tú eres Kim SeungMin, aprendiz de Lady Yoon HeeSook?

El chico tenía las mejillas y la nariz roja, y una gota de sudor bajaba lentamente por el costado de su rostro. Llevaba puesta una extraña capa roja con los bordes dorados, un mensajero.

—Si, soy yo, ¿qué ocurre?

El chico rápidamente se quitó una mochila que colgaba de sus hombros y se la entrego a SeungMin, quien tan pronto la tomó el peso casi hizo ceder a sus brazos. Ahora entendía el porque se veía tan acalorado.

— "El clima es muy frío y mis articulaciones duelen, no abriré la tienda hoy. Termina lo que hay en la mochila y mañana recibirás el pago doble de lo que hagas" —repitió el chico con una voz monótona, aburrida. —El mensaje de Lady Yoon, también mencionó que hay instrucciones en una hoja de un pedido importante que debe terminarse lo antes posible.

El chico se despidió después de eso y corrió hacía alguna parte, quizás apurado en completar otra entrega. Por su parte SeungMin hizo una mueca y terminó por colgarse la mochila a los hombros, era muy pesada y aún tenía que comprar el carbón o la madera, seguramente terminaría con dolor de espalda.

SeungMin camino entre la multitud, cuidando de que nadie tomara cosas de la mochila o urtara el poco dinero que llevaba consigo, en ciudades tan pequeñas como la suya la escases de trabajo predominaba más de lo que le gustaría y muchos chicos y chicas sin oficio optaban por robar a los pocos que lograban conseguir un sustento, buscando de esa forma sobrevivir ellos mismos el día a día. Pronto divisó un pequeño puesto donde vendían la madera que conseguían de las montañas y se acercó a él; después de pagar por un costal con unos cuantos leños, retomó su camino a su hogar.

Rápidamente su frente se empezó a perlar debido al sudor, y el suéter que llevaba puesto le comenzó a molestar. SeungMin se dijo que debía lograr por lo menos salir del mercado, o alguien se aprovecharía de su cansancio y se llevaría su compra. Un guardia Plateado notó su esfuerzo, y el infeliz no pudo hacer nada más que reírse, llamándolo débil.

Si claro, era un débil por cargar con leños y telas para sobrevivir en su pobre ciudad. Pero la historia sería otra si no tuviera un oficio y su única opción fuera ir a la guerra.

Estúpidos Plateados con aires de grandeza.

Los brazos de SeungMin cedieron al salir de aquel acúmulo de personas, por suerte los leños no se esparcieron al momento de colisionar de manera estrepitosa contra el frío suelo. Llevar la pesada mochila estaba comenzando a ser un infierno y SeungMin no se creía capaz de poder tomar el costal de nuevo y cargarlo hasta su hogar, ni siquiera se creía capaz de seguir caminando. El no tenía condición física y podría notarse a kilómetros, su talento radicaba en la confección de telas, no en los deportes o la fuerza bruta.

—Pareces alguien de cuarenta y no un chico de diecisiete.

Escuchó una voz conocida a su costado y su vista pronto viajó al dueño, un chico escuálido y bajito. La persona con la sonrisa más brillante de todos los Rojos que conocía y afortunadamente, su mejor amigo.