Un Amor Invisible - Capítulo 6

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CAPÍTULO 6:

Después de unos minutos…

Acepté ir a la casa de Manuel finalmente; me bañé, me cambié y como a las tres de la tarde nos dirigimos hacia su casa.

Me dejaron allí y mis padres saludaron a Mariela diciéndole que mañana, Domingo, tipo siete, siete y media iban a pasar a recogerme por ahí.

Yo sonreí al notar que Manuel estaba en su casa, porque podría haber estado con Catalina en algún otro lugar… Me dirigí hacia él, lo saludé y me di cuenta con sólo verlo que estaba raro, no le quise preguntar nada al respecto por si acaso.

Subí las escaleras hacia su habitación, dejé mi bolso ahí y bajé nuevamente, pero él no estaba allí, entonces salí a su patio y lo encontré sentado en el banco a un borde de la pileta; estaba totalmente perdido en sus pensamientos, me quedé contemplándolo unos minutos hasta que notó mi presencia y se dio vuelta para observarme, me sonrió confundido y yo le devolví la sonrisa; me senté junto a él, y después de unos minutos me tomó de la mano y me dijo:

-Tengo algo que decirte…

Y allí fue cuando me empezaron a temblar las piernas, me empecé a sonrojar y asentí con la cabeza, tragué saliva. Pero cuando él abrió la boca para empezar a decirme lo que me tenía que decir, lamentablemente su madre vino y nos dijo que tenía que limpiar el patio, entonces teníamos que ir arriba a su habitación o al living; él se levantó lo más rápido que pudo y se dirigió a la cocina.

(En la cocina)

Vi cómo se apoyó en la mesada tapándose la cara, entonces yo para aliviarlo o sacarlo un poco de sus pensamientos, fui por atrás y lo abracé por la cintura, logré que se saque las manos del rostro y que sonría, yo obviamente también le sonreí.

-¿Te encuentras bien?- le pregunté

-Sí, sólo me duele un poco la cabeza- me contestó e hizo una pausa-… Yo tenía algo que decirte

Entonces lo solté porque aún lo estaba abrazando y me sonrojé, me puse a un lado de él y continuó diciendo.

-Mira, estos últimos días he estado pensando en nosotros, en los  que somos...- hizo una pause, tragó saliva y siguió-… es que…, estoy confundido, nosotros, ¿qué somos? Yo me sonrojé más de lo que ya estaba.

-Amigos… supongo- tragué saliva cuando dije eso.

Noté sus nervios cuando dije eso.

-Mira,… ya sabes que yo estoy con Catalina pero…- lo interrumpieron.

Vino Josefina, su hermana, con un pote de helado, nos dijo que vayamos a la habitación de Manuel y que Mariela nos había comprado helado para que lo llevemos al cuarto y lo comamos.

Hicimos lo que nos dijo y mientras subíamos las escaleras ninguno emitió una palabra.

(En su habitación)

Nos sentamos en la cama y él dijo:

-Juli…-tragó saliva y le presté más atención- Te amo.

Casi me desmayo pero no sabía si lo decía como amigos o tal vez nose…

Estaba tan nerviosa por saber si era como amigos o más, que sin pensarlo dos veces le dije:

-¿Cómo amigos?-diciendo eso, él se sonrojó

-Te amo- me volvió a repetir él - En serio, como a nadie en el mundo.

Cuando dijo eso le “pegué” con una almohada, fingiendo que seguramente él me estaba mintiendo; cuando le pegué, él se rió, agarró otra almohada y me pegó; así estuvimos unos minutos, mientras él me gritaba:-“Tú limpiarás todo esto”. Y yo le sacaba la lengua y así otros minutos hasta que accidentalmente caí en su cama y él encima de mí; estábamos frente a frente, podía escuchar su respiración de lo cerca que estaba… Era un momento único pero TAN incómodo, pero para salir de eso tenía una almohada cerca entonces intenté agarrarla pero Manuel se dio cuanta y la patio para que no la alcance.

-Somos tú y yo, nadie más- me dijo

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