Demonio O Algo Mas [FINALIZADA]

Capítulo 4: "Madurez"

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2 A.m

La noche fue larga para los tres, Issei entro a su casa a escondidas desde la ventana, yendo directamente a su cuarto, donde ocupo la cama para Asia y Raynare, mientras que el se sentó en pequeño sillón frente al escritorio.

La rubia se había dormido en el camino, por lo que solo hizo falta recostar la bajos las sabanas, por otro lado, la azabache estaba sentada en la cama viendo a Asia dormír, pero también enfocando sus ojos en el castaño sentado en el sofá.

Raynare: Grácias.

Issei voltea a verla para luego mirar al suelo, sin siquiera responderle.

Raynare: Dime que toda esa sangre no es tuya.

Ante el comentario, este miro bien sus ropas, su remera blanca manchada de sangre, al igual que sus pantalones de la academia, incluso sus zapatos tenían salpicaduras, con un suspiro este se levanto y sin mas se quito su remera, haciendo que Raynare mire a otro lado avergonzada, pero al volver a ver, noto una cicatriz en su espalda, una que concordaba con la herida que ella le provocó.

Issei sintió una mano tocar su espalda baja, volteo un poco la mirada, viendo a Raynare prestarle atención a la cicatriz, el bajo la vista a su abdomen, notando esa marca, para luego recordando como ella lo atravesó con su lanza.

Issei: ¿Que haces?

Raynare: Lo lamentó.

Issei: ¿Por que lo harías?

Raynare: Por lo que paso en la cita.

Issei: -suspira- No tengo animos de recordar la peor cita de la historia.

Raynare: A mi me gusto.

Issei: -volteando a verla- Si este es un truco te juro manos-

Raynare: -levantando sus manos- Ya no hay más trucos Issei.

Issei: -suspira- Hay espació en ls cama para que duermas.

Raynare: ¿Y tu donde dormirás?

Issei: Tengo un sofá -saca una manta de un cajón- Eso si, en esta habitación no hay algo para que uses de pijama.

Raynare: Esta bien, con la cama es mas que suficiente.

Issei: Esta bien.

El castaño decidió dejar una lámpara encendida por si las dudas, estuvo un tiempo mirando si teléfono, pero el sueño comenzó a reclamar lo, por lo que se acomodó y estaba listo para dormir, si no fuera por que sintió algo sobre el, era Raynare quien estaba en ropa interior, con una remera del castaño rapando sus senos, no entendió que es lo que ella quería, hasta que levanto la manta y se sentó sobre el, para luego dejarse caer con lentitud, con su cabeza sobre el pecho de este, sintiendo sus latidos.

Issei: ¿Que haces?

Raynare: -levanta su cabeza- Dormir cómodamente.

Issei: Pero tienes una cama.

Raynare: Issei, ¿Que crees que hubiera pasado si yo no te hubiera hecho eso?

Issei: ¿A que te refieres?

Raynare: A decir verdad, te abría pedido una segunda cita.

Issei: ¿De verdad?

Raynare: Así es, siendo honesta contigo, me llamas mucho la atención.

Issei: Yo te seré sincero, me tenías en esa red, pero la palabra clave es "tenías" ahora vete a dormir.

Raynare: Con que es así.

Esta se levanta, pero solo para dejar expuestos sus senos al quitarse la remera, haciendo que el castaño la mire confundido antes de que ella tomara sus labios y los conectara con los suyos, el decidió seguirle la corriente, sin embargo, al separarse por la falta de aire, esos solo se vieron un segundo antes de que retomarán aquel acto, ella coloco sus manos en sus mejillas, mientras que puso sus manos en sus anchas caderas, el constante movimiento hizo que su amigo despertara, Raynare pudo sentir ello, por lo que se sonrojó, pero no quiso frenar, en un mento dado, ella quedo debajo de el, mientras recibía besos en su cuello y sus senos eran masajeado con lentitud.

Ella le dejó el paso libre, por lo que lentamente fue entrando hasta llegar al fondo, ella gimió por lo grande que era, mientras que el jadeaba por lo apretada que estaba, con el constante movimiento, ambos cayeron en el suelo, por suerte estaba la alfombra, Raynare lo abrazo mientras el le daba una buenas embestidas, culminando cuando ambos llegaron a su límite, sin embargo, el aun no estaba listo para frenar, solo que ahora la dió vuelta y se fijó en su otra "entrada" por lo que se puso en posición, y pese a las protestas que la azabache le dió, este siguió hasta enterarse en lo mas profundo, retomando el mismo envión, la tomo por sus pechos y empezó a besarle el cuello, la forma curva que adquirió su espalda solo hizo resaltar sus caderas y que el enloqueciera mas por ello, al final, una vez mas llegaron a su límite, solo que esta vez quedaron agotados.