[11.Madre mía Deku]

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Bakugo se dispuso a beber sin conocimiento esa noche y eso era lo que estaba haciendo, aunque sabía perfectamente como iba a acabar, pero poco le importaba. Llevaba dos vasos de vodka, y no sabe si es porque ya estaba acostumbrado a beber, pero se sentía como si solo se hubiera bebido dos vasitos de agua.

-Hola, Katsuki. -Saludó Camie, quién estaba hablando con unas amigas suyas, hasta que vio al rubio cenizo servirse su tercer vaso consecutivo de vodka, la castaña tenía claro que al final le iba a dar un coma etílico.

-Perdona, ¿tu eras? -Preguntó Bakugo, se notaba que quería algo de juego, gracias a esa muchacha no veía a Yaomomo, desde que entraron a esa casa, cosa por la que aún no le había agradecido.

-Camie, -Le sonrió de forma seductora. -te hago una pregunta. -Dijo, a lo que el rubio decidió escucharla con su típico ceño fruncido, más le valía no decir alguna tontería, todavía no estaba tan ebrio. -Veras, llevó un rato viendo que tu y tus amigos salís corriendo de la Sala en cuanto pasa Shigaraki, -Relataba la de ojos marrones, Katsuki ya se veía venir la pregunta. -¿Porqué no os ha invitado? -Katsuki debía admitir que la forma de la muchacha de intentar sacar conversación con él no le estaba desagradando del todo, a decir verdad entendía el porqué de la pregunta, lo que no entendía era porqué no se la hizo cuando llegaron todos por el jardín de atrás, aunque para ser sincero no tenía ni idea del porqué, una cosa curiosa de Shigaraki es que solo dejaba a sus más cercanos, como Dabi, llamarle Tomura, y en cuanto al resto de gente le tenían que llamar con respeto y por su apellido, era su forma de esparcir terror, y a Bakugo esto no le amenazaba, pero no entendía el porqué en todas las fiestas que montaba no invitaba a su grupo, el ser invitado a una fiesta del de labios cortados era como una muestra de superioridad ante el resto del mundo, por eso se le escapa de su comprensión, Bakugo y su grupo no hacían nada que fuera muy diferente a lo que hacía Shigaraki, por lo que era razonable que Katsuki no entendiera.

-No lo sé. -Respondió el rubio con sinceridad. -Creó que simplemente nos odia, tengo muy claro que no hacen falta razones para odiar a alguien.

La de ojos marrones se le quedó mirando fijamente a ese par de rubíes que tenía aquel rubio por ojos, era capaz de entender eso, incluso se lo podría creer si llegaba a venir de alguien como Dabi, pero ¿Shigaraki? ¡Imposible! Shigaraki es el tipo de persona que le suele dar igual la primera impresión, algo no le estaba encajando a Camie.

-A lo mejor le habéis hecho algo a algún amigo suyo. -Iba hablando más lento según llegaba al final de la frase, pero sería algo imposible, nadie en esa ciudad estaba tan loco como para tocarle un pelo a cualquier amigo cercano de Shigaraki Tomura.

-¿A cual? El único al que conocemos es a Dabi. -Relataba el rubio, no le solía dar muchas vueltas a ese tema, si Shigaraki era su amigo o no no le importaba en lo más mínimo, a veces incluso le parecía un poco infantil la forma de actuar del peliazul, cosa que a la larga lo pondría de los nervios, no se vería capaz de aguantar a alguien así, es verdad que tenía a Kirishima y a Kaminari, pero ellos no eran infantiles, ellos solo eran estúpidos.

-Tiene más amigos a parte de Dabi. -Dijo Camie riéndose, ¿de verdad pensaba aquel rubio que la única persona cercana de Shigaraki era Dabi? -A lo mejor le habéis hecho algo a Toga.

-¿Quién? -Preguntó inocentemente Katsuki, quien seguía bebiendo de su vaso de plástico, aquel brebaje haciéndole perder sus sentidos lentamente. Camie señaló a una chica rubia con dos moños mal hechos, estaba bailando con Shindo mientras se reía, dejando ver sus colmillos.

-No, no la conozco.

-¿Quién más, quién más? A lo mejor Izu.

"¿Izu? ¿Otra chica?"

No, de ti noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora