Izuku llegó a su casa alterado, eran casi las cinco de la mañana, no creía que su madre siguiera despierta, y al ver que todas las luces estaban apagadas se confirmó a si mismo que estaba dormida sin querer comprobarlo bien. Entró a su casa sin preocuparse si hacía ruido o no, fue corriendo a su cuarto, no podía más con nada, tenía claro que al día siguiente no iría a clase, menos con la cara tan bonita que le había dejado el energúmeno ese, no se había ni mirado al espejo, pero sabía que le había arrancado un diente, y podía sentir la sangre que salía de su nariz, no se quería imaginar cómo debían estar su espalda y piernas, moradas seguramente.
Cuando se tiró de cara a su cama fue cuando escucho unos golpes en su puerta, ¿qué hacía su madre despierta a esa hora? A lo mejor él la despertó al entrar.
-¿Se puede? -Dijo su madre ya entrando a su habitación, Izuku seguía boca abajo en el colchón, Inko no podía ver el destrozó que tenía en la cara.
-¿Qué quieres? -Estaba un poco a la defensiva, todavía no se sentía bien después del ataque de esa bestia a penas unos minutos.
-¿Porqué has venido a casa? Te dije que podías dormir fuera. -Mentira, no era tonto, decía eso para sentirse menos culpable, recordaba haber leído la palabra 'necesito', no es como si se lo estuviera propusiendo, se lo estaba exigiendo indirectamente.
-No lo estaba pasando bien en casa de mi amigo. -Otra mentira, perdía la cuenta de cuantas veces le mentía a la cara a su madre durante el día, y todavía era capaz de mirarla a la cara sin sentirse culpable, quizá porque ella hacía lo mismo.
-Ya veo.
-¿Porqué no querías que durmiera aquí? -Izuku seguía sin levantar su cabeza de la cama, a penas se oía lo que decía, tampoco estaba seguro de porqué continuaba la charla con su madre, pero sentía curiosidad, curiosidad de la nueva excusa que le pondría para tapar algún comportamiento inapropiado, pero esa vez no, esa vez a la peliverde se le encendió la cara, estaba emocionada y quería contarle a su hijo.
-Verás, es que he conocido a alguien. -Otra vez esa historia, Izuku ya se la sabía de memoria. -Creo que es el indicado. -Cada palabra la había escuchado miles de veces, para Izuku no sería una sorpresa si ese 'hombre ideal' se marcharía en algunos días, si se engancha demasiado puede que dure alguna semana.
-Vale. -Izuku se acomodó un poco, haciendo ver que se iba a dormir, solo quería que su madre saliera para poder curarse las heridas.
-Izuku, por favor, escúchame. -Inko quería que su hijo se alegrara de la ilusión que tenía por ver su futuro mejorar por primera vez en años. -Izuku, mirame cuando te hablo, creo que esto puede mejorar mi vida.
Izuku abrió los ojos, ¿cómo que puede mejorar su vida? ¿Y qué pasaba con él?
-¿Y qué me importa a mi tu vida? -Eso sonó muy cruel, es exactamente como quería que sonara, no tenía la intención de ser amable con ella, en esos momentos estaba cansado, se estaba planteando no ir al instituto al día siguiente.
-No me faltes el respeto. -Lo dijo muy seria, y lo pronunció con ese tono para ocultar lo mucho que le había dolido eso, es cierto que fue una mala madre, pero quería mejorar, por ella, por su hijo.
-El respeto hay que ganarselo, y tu no lo has hecho. -La peliverde se sorprendió, quiso responderle pero Izuku volvió a hablar. -A veces entiendo porque papá se fue, y me arrepiento mucho de no haber ido con él.
Sabe que eso le ha dolido, mucho más que lo de antes, cuando su madre no está bajo los efectos de cualquier sustancia que se meta al cuerpo es muy sensible a cada pequeña palabra, y cada vez que estaba sobria se aprovechaba de ello, él solo quería que su madre se preocupara por él, que quisiera cambiar por su hijo, el ser al que le dió la vida, pero ella prefería cambiar por un desconocido el cual la acabará dejando tirada y por lo que volverá a estar ebria en casa, recordandole lo mucho que se parecía a su padre, como siempre.
Inko iba a llorar, pero se aguantó, fue hacia la cama de su hijo, lo tapó con la manta que tenía y le dió un beso en la frente, tragándose los sollozos y aguantandose las lágrimas.
-Buenas noches, Izuku. -Inko ni se percató de como tenía la cara su querido niño, una vez la puerta de su cuarto se cerró, Izuku se destapó y se levantó para ducharse, cambiarse y curarse las heridas.
"¿Porqué no entiende que esto me duele?" El pecoso se puso a llorar, no podía recordar casi ningún momento en su vida donde no estuviera llorando a solas, deseando que su vida fuera mejor, que su madre le prestara atención, que Katsuki dejara de golpearlo, que pudiera dejar todos los excesos que le ayudaban a sobrevivir.
A la vez se culpaba por todo, pensaba que se lo merecía todo por hipócrita, no paraba de presionar a su madre cuando el llevaba el mismo ritmo de vida, que Bakugo le golpeara también pensaba que era su culpa, siempre acababa enfadandole de alguna manera, solo quería que todo acabara, quería vivir en paz, pero se le hacia impensable, no se imaginaba su vida sin todo el maltrato que solía recibir.
"Podrías intentar cambiar por mi, en vez de por otro imbécil al que hayas conocido."
Izuku se durmió llorando, con moretones en cara espalda y varias partes del cuerpo, sin duda alguna al día siguiente no iría a clase.

ESTÁS LEYENDO
No, de ti no
FanficIzuku tenía pocos amigos pero eran muy leales, también tenía una vida después de la escuela, no era una vida muy sana pero era la que le gustaba, a parte de que como no vas a caer en un par de vicios del ser humano cuando en tu propia escuela no dej...