Especial.

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La siguiente narración no afectará la trama que hay por delante de la historia, sin embargo ayudará a entender mejor el pasado.

🙈

Estaba aburrido sentado en un banco de la escuela. Ahora era la hora de recreo y yo me había aburrido de jugar al "Loco fusilado". Todos los días era lo mismo y yo ya quería otra cosa, pero mis tontos amigos no.

Miré a mi alrededor, todo estaba tranquilo y me di cuenta de algo, más bien de alguien que me observaba desde detrás de una de las esquinas del edificio de la escuela.

Cuando se dio cuenta de que sabía que me miraba se escondió. Quise llamarle, pero mis amigos ahora me llamaban para jugar al béisbol, así que a eso fui.

Extraño.

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Me habían llamado la atención, por lo que ahora estaba en dirección siendo regañado por la directora. Todo por romper sin querer una ventana vieja y fea en lo que bateaba la pelota.

Salí del lugar luego de un rato, me dolían las rodillas, pues, me las había raspado cuando me caí mientras jugaba. No había sentido el ardor hasta ahora, me senté de nuevo en el banco de siempre y comencé a llorar, la vieja fea de la directora llamaría a mí mamá y seguro me regañaría también, aparte me dolía mucho, demasiado, las rodillas ahora.

Sentí a alguien acercarse y sentarse a mi lado.

- ¿Por qué lloras? - le escuché preguntar.

- Me caí - respondí simplemente y haciendo ademán de levantarme, no quería que el bobo que siempre me observaba me viera llorar. Sin embargo, él me hizo sentarme de nuevo poniendo sus manos en mis hombros, se agachó hasta tener su rostro cerca de mis piernas y le dió un pequeño beso a mis dos rodillas.

- Mi mamá dice que los besitos ayudan a quitar el dolor - mi rostro se puso rojo y sin poder evitarlo comencé a llorar otra vez. Él pareció entrar en pánico - ¡No! ¡no llores! - entonces él comenzó a llorar también. Le miré confundido - ¿S-si te doy una oreo dejarás de llorar? - me preguntó de pronto, con su nariz moqueando y sus ojos, nariz y mejillas rojas.

Me quedé pensando un segundo ¿en serio? reí un poco sin poder evitarlo - Bueno, está bien.

Extraño.

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- Sí, yo vivo a la otra calle - respondí aburrido.

- ¡Entonces somos vecinos! ¡qué fino! - yo asentí. De pana que Taehyung era un niño hiperactivo.

Pero me divertía estar con él.

- Vayamos a jugar pelota en la cancha un día de estos - le dije. Él asintió fervientemente.

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- ¡Home run! - gritó para luego salir corriendo por todas la bases y por consiguiente llegar al home y lanzarse a la tierra dramáticamente.

voy por ti - vmin/taegi leveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora