Los 𝑨́𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔 de 𝕮𝖍𝖆𝖗𝖑𝖎𝖊 ⊱ᴋᴠ ʏᴍ ɴᴊ⊰

2. Señor S.

Seokjin se acomodó el moñito que llevaba por corbata y se arregló el cabello negro primero alborotando su flequillo antes de dibujar una mueca y peinarlo correctamente como niño de preescolar. Sonrió satisfecho frente al espejo y sacó el pecho para dar una vuelta sobre sí mismo analizando su cuerpo desde todos los ángulos

—Te hace falta trasero– Taehyung llegó corriendo y saltando sobre él —pero esta espalda lo compensa todo– agregó mientras acariciaba con la mejilla entre los omóplatos de Seokjin al tiempo que soltaba una especie de ronroneo.

—Llegas tarde– suspiró el mayor, arreglando su flequillo una última vez.

Los ojos de Seokjin recorrieron el semblante de Taehyung con cautela.

—¿Estuviste con ese tipo raro? ¿Cuál es su nombre? Yogurt o algo así

—¡Jungkook!– Taehyung suspiró antes de rodar los ojos y sonreír —estuve con él pero ya sabes que lo nuestro es... Pasajero.

—Tener sexo una noche y tomar caminos diferentes al día siguiente es algo pasajero, verse cada tres días durante los últimos ocho meses ya se considera una relación y según mis cálculos, es la relación más estable y anormal que has tenido en tu vida.

Taehyung ignoró eso. La verdad era que no consideraba a Jungkook como un novio porque ¡vamos! ¿Quién considera a un sujeto tan raro como Jeon Jungkook como un novio? Solo otro loco lo vería de esa manera.

—Aunque no lo creas sigo en búsqueda de mi príncipe azul, mientras tanto seguiré besando sapos un ratito– el pelirrojo revoloteo las pestañas.

—¡Chicos no lo van a creer!– Jimin llegó con una sonrisa enorme en los labios —¡tengo un cupón de descuento en el Michi's Café! ¿Quieren ir conmigo?

El rubio llevaba una playera blanca con estampado de cerezas y un pantalón rojo muy ceñido que hacía resaltar sus piernas y trasero. Jimin se ajustó los anteojos y levantó los cupones que llevaba en la mano sin dejar de sonreír.

—Ni siquiera sabía que existía un lugar llamado Michi's Cafe– Taehyung se acercó al rubio —yo sí voy.

Seokjin negó antes de observar su reloj de muñeca.

—Hora de irnos– anunció.

Los tres chicos salieron de la estancia que usaban a modo de "vestidores" y caminaron por el corredor en dirección a la oficina de Moonbyul. El lugar era más bien una casona en medio de una zona industrial que desencajaba por completo con las grandes empresas y edificios de aspecto antiguo que rodeaban el área de concentración donde trabajaban.

Desde fuera parecía una simple oficina con fachada de ladrillo rojo y una puerta de cristal con un pequeño letrero neón de "abierto" que recordaba más bien a una barbería de los años setentas. Sin embargo, por dentro la historia era diferente. Como si abrieras un portal para transportarte a otra dimensión. Con pisos de mármol, paredes decoradas con exquisitas piezas de arte, muebles de alta gama y un aire que recordaba a la mayoría de las típicas escenas de melodrama cuando la protagonista pobre y adorable conoce al tipo millonario con problemas de personalidad y control de ira.

—El cliente ya está aquí– anunció Moonbyul al verlos llegar.

La rubia permanecía cruzada de brazos cerca de la entrada de su despacho. Las paredes en colores crema hacían que su piel pareciera incluso más pálida pero sus ojos oscuros y labios rojos como un par de cerezas resaltaban. Taehyung la vio arrugar su pequeña nariz cuando los recorrió con un poco de reproche.

—¿Saliste de nuevo con ese tipo?

—¿Qué tienen todos en contra de Jungkook?– Taehyung rodó los ojos.