Jungkook suspiró con calma y acarició el cabello rojo de Taehyung. Acababa de verlo la noche anterior pero parecía que habían pasado meses desde la última vez que se habían encontrado. Había sido rescatado y llevado a ese edificio que al parecer pertenecía al tal Charlie. Le habían dado una habitación, se había duchado y en ese momento estaba recostado sobre la cama con la espalda recargada contra la cabecera que seguro valía millones, se había hecho bueno detectando las diferencias entre lo costoso y lo económico desde que trabajaba para Yoongi.
—¿Te asustaste cuando te dije que iría a hablar con Min?– preguntó Jungkook con la voz baja y ronca.
Recibió un ronroneo a modo de respuesta que mandó descargas a todo su cuerpo. Taehyung dejó de chupar la extensión húmeda y sensible del pelinegro y sonrió, sus labios se veían suaves y bien usados.
—Sabía que Jimin y tú estarían bien, confiaba en ustedes– respondió Taehyung tras pasar saliva y tragar un poco del líquido preseminal que seguía entre sus dientes.
—Así que su nombre es Jimin– dijo Jungkook y alzó una ceja, burlándose de lo fácil que era sacarle las verdades a Taehyung a pesar de no habérselo preguntado.
El rostro del pelirrojo cambió de la satisfacción al arrepentimiento en un instante.
—Hay que fingir que no escuchaste eso– pidió Taehyung con un suspiro, cerrando los ojos. —No le digas a Jimin que te dije su nombre real.
Jungkook sonrió con cariño y acarició la mejilla de Taehyung.
—Ni siquiera tienes que pedírmelo– le aseguró —no diré nada.
Taehyung se restregó contra la mano del pelinegro y volvió a ronronear antes de inclinarse y pasar su resbaladiza lengua por todo el falo hasta la base donde se encargó de jugar un poco antes de volver a subir e introducir el pene en su boca. Jungkook apretó los puños y mordió su labio inferior antes de acomodar su mano de nueva cuenta sobre el cabello rojo de Taehyung dando palmaditas a manera de mimos.
—Estás siendo muy tierno y amable– se sorprendió el pelirrojo, apartándose.
—Tú también, jamás me habías hecho un oral tan adorable y pacifico como este.
—¿Quieres que suba el ritmo?
Jungkook no respondió pero sus ojos cambiaron, oscureciéndose de tal manera que de pronto parecía un predador dispuesto a saltarle encima a su presa. Taehyung jadeó emocionado cuando las manos de Jungkook lo tomaron por la cabeza y lo guiaron de nuevo hacia la extensión erecta y expectante. El pelinegro empujó hacia el interior de la boca cálida de manera lenta y hasta el fondo, gruñiendo entre dientes cuando tocó la garganta de Taehyung y este soltó un gemido.
—Seré rudo– le advirtió al pelirrojo —sabes que puedes golpear dos veces seguidas sobre mis muslos cuando sea demasiado y quieras que me detenga ¿Listo?
Taehyung asintió soltando un ronroneo más, sus ojos fijos en Jungkook, brillantes y perfectos.
Pasaron unos pocos segundos antes de que las caderas de Jungkook empezaran a moverse embiestiendo contra la boca de Taehyung con movimientos rápidos y severos que arrancaban gemidos al pelirrojo. La habitación se llenó de sonidos húmedos y jadeos entre cortados, los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas y Jungkook bajó el ritmo pero entonces el ceño del pelirrojo se frunció, decepcionado.
—¿Te gusta que sea agresivo?– preguntó Jungkook con malicia en la voz. —¿Quieres que termine dentro? ¿O prefieres que sea sobre tu rostro? Puedo hacerlo si quieres.
Taehyung gimió a manera de respuesta y sus ojos se pusieron en blanco cuando Jungkook empezó a moverse con más velocidad, golpeando su garganta hasta dejarlo sin aire. Sentía el sabor salino en toda su boca y su lengua raspando contra la vena gruesa del miembro que extendía los músculos de su rostro buscando la liberación con movimientos salvajes. Tener sexo oral nunca se había sentido tan bien, Taehyung podía garantizarlo. Por lo general odiaba ser él quien diera el oral porque la sensación de sentirse asfixiado no era un fetiche que le gustara, al menos él no lo disfrutaba como sabía que otros lo hacían. Sin embargo con Jungkook el sexo oral era como un viaje al nirvana. Terminaba sintiéndose tan en paz que en ocasiones hasta se quedaba dormido con el pene aún entre sus labios, era bastante relajante.
Taehyung recibió cada nuevo empuje con gusto, su saliva se acumulaba entre sus dientes y caía por todo el falo haciéndolo todo más húmedo y resbaladizo. Sentía su propia erección goteando y meneándose al compás de los embistes y su mirada opaca y borrosa debido a las lágrimas de placer que empezaban a resbalar por sus mejillas sonrojadas. Estaba disfrutando como nunca, se sentía tan perdido en las sensaciones que ni siquiera notó que había llegado al orgasmo sin tener que tocarse hasta que Jungkook se lo dijo.
—Buen chico, lo hiciste muy bien– Jungkook sacó su miembro de la cálida boca y tomó a Taehyung con cariño.
—Tú no has terminado...– señaló el pelirrojo con la voz destrozada.
—Préstame tu mano.
Taehyung se recostó con la cabeza sobre el pecho de Jungkook mientas su mano masajeaba la erección con movimientos perezosos. Los ojos del pelirrojo estaban fijos en el rostro del hombre a su lado, en cada expresión y gemido. Jungkook terminó sobre su mano y cerró los ojos tratando de recuperar el ritmo normal de su respiración, cuando los abrió de nuevo encontró a Taehyung llorando.
—¿Qué pasa? ¿Te lastime?– se preocupó.
—Sí me asusté, me asusté muchísimo cuando dijiste que irías a hablar con Min. No sé qué habría hecho si... No vuelvas a hacer eso, por favor– dijo Taehyung sin dejar de llorar.
Jungkook suspiró y se aferró al cuerpo del pelirrojo con suavidad. Ese día había estado cerca de la muerte y lo sabía. Yoongi no era el tipo de hombres con el que se debía jugar, probablemente ni siquiera estaba a salvo todavía pero eso era algo que Taehyung no necesitaba saber aún. Encontraría la forma de salir bien librado.
—Tranquilo, todo estará bien– aseguró, aunque era más bien una promesa y no tanto una verdad.
Taehyung se quedó dormido poco después con las lágrimas todavía frescas resbalando por sus mejillas hasta el pecho de Jungkook. El sonido de su móvil recibiendo mensajes lo hizo estirar la mano y tomarlo solo para reconocer el número de Hyunjin y sonreír. Abrió los mensajes y encontró todo un mandamiento de insultos, stickers de caritas enojadas, audios donde Hyunjin relataba la manera en la que iba a torturarlo cuando lo volviera a ver y al final una fotografía del pelirosa enseñándole el dedo medio. Hyunjin tenía la nariz hinchada y una mueca de bebé enojado en los labios.
El último mensaje que recibió lo dejó con un sabor agridulce en la boca: “Yoongi te quiere de regreso en menos de cuarenta y ocho horas. Si no regresas enviará a sus hombres por ti”.
Jungkook no respondió ninguno de los mensajes.
—Prometo que todo estará bien– insistió aunque nadie podía escucharlo, Taehyung se removió a su lado sin despertar y sonrió entre sueños. —Me tengo que ir, Tae. Pero volveré a ti, algún día.
Cuando ya no tuviera que responderle a Yoongi, ni a nadie más. Cuando fuera libre de verdad.
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Los 𝑨́𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔 de 𝕮𝖍𝖆𝖗𝖑𝖎𝖊 ⊱ᴋᴠ ʏᴍ ɴᴊ⊰
FanficLos ángeles de Charlie pero a mi manera y con shipps de Bangtan. »KookTae | YoonMin | NamJin »Smut/Lemon